En esta nota hacemos un pequeño recorrido de lo que alguna vez en tu vida de gamer escuchaste desde la otra habitación o en algún almuerzo familiar, o viviste y no supiste si abrazarla o emanciparte:
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Sí, todos sabemos que sacar buenas calificaciones para después tener acceso a una buena universidad es importante, pues de eso depende buena parte de nuestro futuro. En lo que no estamos de acuerdo es en que se nos haya chantajeado con nuestros amados videojuegos para hacer la tarea o para estudiar para cierto examen. ¿A poco no te pasó que esto resultaba contraproducente? pues por estar pensando en cierto juego, tu atención se disipaba por completo.
El negarte en apagar tu consola una o dos veces está bien, pero cuando haces caso omiso a una tercera advertencia, las cosas pueden salir muy mal. Cuando están buscando hacer su voluntad, las mamás no se andan con rodeos, por lo que poco les preocupa cómo es que se debe apagar una consola correctamente… ellas tiran el cable de corriente y se acabó.La furia puede tener consecuencias verdaderamente devastadoras.
Para una mama anti-gamer el valor de los videojuegos nunca pasó de ser un juguete de moda sin mayor importancia, por lo que cuando se necesita espacio, las primeras en la línea de fuego son esas consolas que llevan ya un buen tiempo con nosotros. Simplemente no hay evento más traumático que un día querer sacar tu NES o SNES para recordar viejos tiempos y enterarte de tu madre se deshizo de él como si fuera poca cosa.
La limpieza puede ser algo de suma importancia para muchas mamás, por los que algunas veces, se tientan cuando hay que quitar el polvo del área en la que normalmente jugamos. Trapos con exceso de humedad, telas que dañan las pantallas y todo tipo de técnicas inapropiadas para limpiar este tipo de productos, han sido aplicadas, muchas veces causando daños irreversibles en lo que más queremos de todo el mundo.
Si creciste durante los años noventa, sabrás lo mal que la pasábamos cuando nos queríamos hacer los tecnológicos disfrutando de los primeros juegos online. El internet de aquel entonces dependía enteramente de la línea telefónica y cada vez que alguien tenía la grandiosa idea de descolgar algún teléfono de la casa, la conexión se iba al demonio. ¿Cuántas partidas de Qake, Unreal Tournament o de Starcraft Brood War no quedaron arruinadas por tan infame descuido?
Usar el nombre de una marca para referirnos a productos genéricos es algo que pasa todo el tiempo, sin embargo, nos sigue causando mucha risa cuando nuestras mamás, al ver un PlayStation, Dreamcast, Xbox o cualquier otra consola, se refieran a ella como “La Play”.
Nunca faltaba que tu mamá veía la portada de algo como Luigi’s Mansion, por ejemplo, y de manera casi automática dijera algo como “Aaaah, el nuevo juego del Mario Verde”, o por qué no, cuando están jugando Mario Party o New Super Mario Bros. y ella pedía usar al hermano de Mario refiriéndose a él.Para los nostálgicos.
Las intenciones de las mamás con los videojuegos muchas veces son de lo mejor, pero hay momentos en los que la ignorancia termina haciendo de las suyas. Nunca falta la mamá que entra a una tienda de juegos con la mejor intención de darle una sorpresa a su hijo y por una guía pobre por parte del vendedor, termina comprando alguna basura de licencia por tener al dibujito de moda en la portada.
Como gamers, sabemos perfectamente que las sesiones de juego se pueden ampliar por varias horas, cosa que por supuesto, no es del gusto de quienes nos dieron la vida. Por alguna extraña razón, una de las excusas más utilizadas por las mamás para separarnos de ese juego que tanto estamos disfrutando, es diciendo que la tele se va a romperr por estar proyectando por demasiado tiempo videojuegos.
Ser generosos es algo que se nos debe enseñar desde muy jóvenes, sin embargo, hay cosas que simplemente no están hechas para prestarse a cualquier persona. Nunca faltaron las visitas inesperadas a nuestra casa y para entretener a esos niños que jamás habíamos visto, nuestras sabias madres nos obligaron a prestar nuestros videojuegos. Todavía nos hierve la sangre de ver a ese pibe con las manos llenas de comida agarrando el control de nuestra consola favorita.
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