Lamer el rostro de sus dueños mientras agitan enérgicamente la cola o emiten sonidos de felicidad es una de las maneras que tienen los perros para indicarle a sus familiares que están contentos, de llamar su atención o una señal de que están ansiosos, de acuerdo con especialistas del club canino The Kennel Club (KC).
Independientemente de cuál sea la razón, siempre está la pregunta ¿Es seguro que mi perro me lama?. Expertos del hospital veterinario Falls Village Veterinary Hospital (FVVH) hicieron uso de su conocimiento para responder la duda.
Expresan que las mascotas recurren a este comportamiento cuando son cachorros para crear un vínculo con sus madres, intercambiar olores, información y estimular la regurgitación, pero que con los seres humanos tiene un significado diferente.
La saliva canina contiene propiedades antibacterianas y antimicrobianas, este fenómeno podría explicar por qué constantemente los perros lamen sus heridas con el objetivo de acelerar la curación, sin embargo, sus hocicos no son lugares limpios.
Veterinarios afirman que los hocicos de los perros son hogar de un “microbioma de organismos únicos” que son normales para los animales, pero desconocidas para el sistema inmunológico humano, lo que crea la posibilidad de que exponerse a estos virus, bacterias y levaduras provoque enfermedades.
Algunos de los microorganismos más comunes que pueden albergar los perros en su hocico son bacterias como E. coli, Campylobacter y salmonella. Todos son zoonóticos, es decir, que pueden transmitirse de un animal a un ser humano.
Especialistas de FVVH aseguran que los adultos sanos sobrevivirán tras exponerse a los virus o bacterias que albergan los hocicos de los perros, no obstante, existe un riesgo latente de sufrir diversas enfermedades gastrointestinales y bucales como consecuencia de recibir “besos” caninos.
Los microorganismos enunciados anteriormente no son los únicos que podrían poblar el hocico canino, pues parásitos como la giardia, nematodos y anquilostomas también se pueden transmitir a los humanos y pueden ser causantes de dolores abdominales intensos, así como problemas digestivos.
La transmisión de enfermedades a causa de parásitos, virus, hongos u otro tipo de microorganismos no es el único riesgo probable de recibir “lengüetazos” de nuestros amigos peludos, ya que, según señalan los expertos del hospital veterinario, también pueden sufrir problemas por culpa de productos tópicos que ingieren a la hora de lamernos.
Algunos cosméticos, lociones y medicamentos tópicos contienen sustancias tóxicas en diferentes proporciones para las mascotas, por lo que es necesario verificar la salud del perro si se observa un comportamiento diferente después de lamer alguna zona a la que le fue aplicada algún producto dermatológico.
Si bien un adulto sano no tendrá ningún problema de salud, más allá de un probable malestar gastrointestinal, los niños y bebés aún tienen su sistema inmunológico en desarrollo, por lo que cualquier virus o bacteria, especialmente las presentes en los hocicos de los perros, podrían hacer que enfermen con mayor probabilidad.
Aunque la verdadera razón detrás de no permitirle a un perro que lama el rostro de los niños está detrás de que algunos canes desconocidos pueden responder con agresividad al afecto infantil, expresado mediante abrazos y besos.
Para evitar cualquier problema de salud derivado de los “besos caninos”, especialistas del FVVH recomiendan a los dueños “ser selectivos respecto a dónde te lame tu perro”, evitando siempre el contacto directo con ojos, nariz, boca o cualquier herida abierta.
Siempre es altamente recomendable lavarse la cara, manos o cualquier superficie que entró en contacto con la saliva de los perros para evitar propagaciones a otra parte del cuerpo. También recomiendan demostrarle amor de otras maneras, ya sea a través del juego o de caricias en sus lugares favoritos.
FUENTE: Infobae