Vuelve a sonar el nombre de Andreas Colli. El sorpresivo hallazgo de un cadáver en el Cerro Mercedario, a 5000 metros de altura, removió el misterioso caso del andinista alemán desaparecido en diciembre de 2002. Es que los reportes indican que no hay registros de otra persona perdida en esa zona de Calingasta y eso agiganta la expectativa de que el cuerpo pertenezca al extranjero.
“No se descarta nada, ojalá sea esta persona”, expresó con cautela el fiscal Iván Grassi, quien junto a un equipo de la UFI de Delitos Especiales planea subir al cerro Mercedario con efectivos policiales y gendarmes para bajar esos restos humanos. Por ahora sólo tienen la confirmación de que se trata de un cuerpo humano de vieja data y que vestía ropa de andinista.
Esta es la información que aportaron unos andinistas norteamericanos y argentinos que ascendieron al cerro Mercedario en estos últimos días. Este lunes 23 de enero durante su descenso por la pared sur de la montaña, y a 5000 metros de altura, los montañistas se vieron sorprendidos por los colores de unas prendas. Cuando se acercaron a ese lugar, constataron que era el cadáver de una persona con ropa de andinista. Tomaron registros y apenas arribaron al poblado de Barreal dieron aviso a la Gendarmería. Además, aportaron la geolocalización para llegar al lugar.
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El desaparecido. Este era Andreas Colli, el alemán de 37 años que se perdió en el Cerro Mercaderio en 2002.
El fiscal Grassi señaló que, de acuerdo a los registros, no hay reportes de otras personas desaparecidas en esa zona más que del montañista Andreas Colli. Ahora bien, lo que tratarán de establecer es si los restos pertenecen al alemán o a otro andinista que no fue denunciado como perdido.
Colli fue visto por última vez el 14 de diciembre de 2002 después de que supuestamente emprendió el ascenso al Cerro Mercedario. Tenía previsto descender el 21 de ese mes, pero no se tuvo noticias de él. Su familia siempre sostuvo que era un experimentado andinista y que fue víctima de un asesinato.
Cuatro años después encontraron una mochila del andinista alemán en una de las paredes del cerro, pero fue la única pista concreta. La teoría del crimen fue investigada, incluso hubo un testimonio que la respaldó y detuvieron a un gendarme como presunto autor del crimen, bajo el móvil del robo. Sin embargo, jamás se pudo probar esto y el caso quedó en la nada.
De todas sus pertenencias, lo único que hallaron fue una mochila y otro bolso pequeño con su documentación.
En febrero de 2014, otros andinistas encontraron un pequeño bolso impermeable con documentación de Colli: su pasaporte, el permiso para escalar, un certificado de vacunas y otra documentación suya de la Aduana. Lo extraño fue que encontraron esos papeles en el Glaciar Caballito, en un lugar distante de donde hallaron la mochila.
La familia de Colli hizo pública una carta en 2017, a través de TIEMPO DE SAN JUAN, en la que reafirmó su sospecha de un asesinato y remarcó todas las falencias de la investigación y el posible encubrimiento. En septiembre de 2022 también se volvió a hablar de Colli a partir del hallazgo del cráneo en las márgenes del río de Ullum. De hecho, se dijo que iban a realizar una prueba de ADN para cotejar esos restos óseos con el perfil genético de un pariente del andinista alemán, pero no se tuvo novedades de esos estudios.
Ahora las expectativas están puestas en ese cadáver que encontraron en el cerro Mercedario. Pero falta mucho, primero hay que llegar hasta el lugar, bajar ese cuerpo y someterlo a diversos estudios forenses y hasta el posible el reconocimiento de las prendas. Los investigadores ya se preparan para emprender la expedición hacia las alturas.