Un episodio extradeportivo marcó el cierre de la serie internacional de julio entre Los Pumas e Inglaterra. La Federación Inglesa de Rugby (RFU) denunció ante World Rugby que varios de sus jugadores recibieron insultos racistas por parte de un grupo de espectadores argentinos durante el segundo test match disputado el 12 de julio en el Estadio del Bicentenario. La acusación derivó en una investigación formal, cuyo resultado fue confirmado esta semana: el organismo rector del rugby mundial concluyó que "hubo un incidente", pero no logró identificar a los responsables.
Según detalló World Rugby en un comunicado, los hechos ocurrieron en la primera mitad del partido, mientras los jugadores suplentes ingleses -incluidos Asher Opoku-Fordjour y Chandler Cunningham-South- realizaban la entrada en calor detrás de los postes. La denuncia presentada por England Rugby fue tomada con “extrema seriedad” y activó una investigación inmediata, que incluyó análisis de video, declaraciones de testigos presenciales y cooperación directa de la Unión Argentina de Rugby (UAR).
“El rugby y la sociedad no tienen lugar para la discriminación, el abuso ni los discursos de odio”, afirmó World Rugby en su comunicado oficial, en el que además lamentó no haber podido identificar a los agresores. Se estima que entre cinco y siete personas habrían proferido los insultos en un estadio que albergó a más de 20.000 personas.
Gabriel Travaglini, presidente de la UAR, también se pronunció con firmeza sobre el tema. “Repudiamos enérgicamente todo acto de racismo y nos solidarizamos con los jugadores de England Rugby. Tras tomar conocimiento de los hechos, se realizaron intensos esfuerzos para identificar al reducido grupo de responsables. Lamentablemente, no fue posible individualizarlos”, expresó. El dirigente también aseguró que, en conjunto con World Rugby, se puso en marcha un plan de acción para educar a los aficionados, mejorar las operaciones de seguridad y prevenir futuros incidentes.
La situación generó repercusión internacional. Desde Inglaterra, Brett Robinson, dirigente de World Rugby, elogió la valentía de los jugadores que hicieron pública la denuncia y destacó la colaboración argentina: “Aplaudo que hayan alzado la voz frente a una experiencia angustiante. Y agradezco a la UAR por su rápida respuesta y compromiso para implementar medidas preventivas”.
Por su parte, Bill Sweeney, CEO de la RFU, subrayó la necesidad de actuar de forma integral: “Queremos agradecer la cooperación de la Unión Argentina y su predisposición para trabajar en un plan que, creemos, ayudará a reducir la probabilidad de que episodios como este se repitan”.
La noticia fue replicada por medios internacionales como la BBC, que recordó antecedentes de comportamiento discriminatorio en el deporte argentino. En 2020, los jugadores Pablo Matera y Guido Petti -ambos presentes en el test de San Juan- fueron suspendidos temporalmente tras conocerse posteos racistas que habían realizado años atrás en redes sociales. También mencionaron el caso de Enzo Fernández, quien debió disculparse públicamente luego de que se viralizara un canto con contenido racista durante los festejos por la Copa América.