Ramiro Iván Fernández, el joven que estuvo al borde de la muerte tras recibir una violenta golpiza en plena Capital, dejó la terapia intensiva y volvió a su hogar. Tras semanas de lucha contra graves secuelas y una meningitis, su recuperación avanza, pero necesita de la solidaridad de todos para continuar el tratamiento. Su historia es un llamado a la empatía y a la justicia.