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No hay que guardar nada en la parte de arriba del placard. Ese es el mejor consejo que se les puede dar a los sanjuaninos para esta primavera porque hará frío y calor. El climatólogo Germán Poblete adelantó que la variabilidad de las temperaturas es la característica que primará durante esta temporada.
En San Juan la gente no está acostumbrada a la media estación, no suelen haber términos medios. O es verano o es invierno. Y esta primavera no será la excepción. "Habrá mucha variabilidad de temperaturas: por momentos mucho calor y en otros, mucho frío. Lo que diferenciará el 2016 del año pasado es que temperaturas similares se extenderán por márgenes de tiempo más amplios, no habrá cambios de un día para el otro sino de una semana a la otra”, indicó Poblete.
Días de mucho calor y de mucho frío se intercalarán hasta octubre, cuando el sol le empezará a ganar al fresco. Recién a mediados del mes diez se estabilizarán las temperaturas y se podrán guardar los pulóveres en el placard. "Ahora en vez de dominar lo corto placista cobrará el control la persistencia. Esta primavera estará marcada por la persistencia del calor, del frío, de lo seco o de lo húmedo”, añadió el especialista.
Una de las mayores preocupaciones de Poblete es que haya heladas tardías, lo que afecta seriamente la producción. El perjuicio más directo en las plantas de vid es la reducción del volumen de la cosecha del año. Pero no es ésta la única consecuencia, las plantas sufren un mayor desgaste ya que, si se han helado, se ven forzadas a una segunda brotación a expensas de sus reservas. Además, lo "planificado" por medio de la poda se ve completamente alterado, ya que las plantas se "deforman" al producir nuevos brotes a partir de maderas viejas o mal posicionadas.
A esto se le suma que el ambiente comenzó a ser más húmedo a finales de la década del ’90, hasta llegar a los porcentajes de humedad actuales que fluctúan entre el 45% y el 50%. El profesional dijo que el cambio se produjo porque ahora las masas de aire que condicionan el clima provienen de la selva amazónica y del Mato Grosso, ambas zonas brasileñas que se caracterizan por ser muy húmedas. Las masas llegan por el corredor Andino desde el Amazonas trayendo calor y humedad. Antes de que este fenómeno se registrara en la provincia, las masas de aire del océano Pacífico eran las que incidían con mayor fuerza en el clima local.
El adelgazamiento de la capa de ozono no tiene absolutamente nada que ver con el cambio climático que afecta a la provincia. Este fenómeno tiene una incidencia negativa en los seres humanos (afectando la piel de las personas con cáncer por ejemplo) pero no en el clima.
A pesar de que San Juan es un territorio más húmedo en verano, esto no significa que la provincia deje de tener sequías ya que continúa alimentándose del agua proveniente de las nevadas que se producen de abril a septiembre en la cordillera de Los Andes.
Este año se ha caracterizado por sus particularidades. Mayo fue el mes más nublado de los últimos 15 años, con sólo 4 días de sol en 30 días. Otra anomalía se produjo en junio, cuando sorpresivamente llovió 14 milímetros, una cantidad inusual para pleno invierno.