El fanatismo por Franco Colapinto no reconoce rangos en la Argentina. Ni cargos. Pero para algunos puede ser un problema.
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SUSCRIBITEEl mandatario fue identificado por sus opositores en la transmisión de la carrera de F1 de Interlagos, en Brasil, y amenazan con sancionarlo.
El fanatismo por Franco Colapinto no reconoce rangos en la Argentina. Ni cargos. Pero para algunos puede ser un problema.
Es el caso del intendente macrista de la ciudad bonaerense de Necochea, Arturo Rojas, que fue identificado por sus opositores en una transmisión oficial de la carrera alentando al conductor nacional que defiende los colores de Williams.
El elemento que recoge la oposición en el Concejo Deliberante de la ciudad atlántica no tiene que ver con dineros gastados. Tampoco ni con la inoportunidad de un viaje de características frívolas en medio de la crisis económica que vive el pueblo argentino. Lo que se le cuestiona al mandatario es no haber pedido la licencia correspondiente.
Desde la política necochense le enrostran, sí, haber tratado de ocultar el periplo. “Lo mantuvo oculto hasta que lo detectaron las cámaras y ahí tuvo que reconocerlo”, señalaron.
Cuando Rojas advirtió que su imagen en el circuito se había vuelto viral, redobló tuiteando: “Sueño cumplido. Fin de semana con mi hija Maitena viendo la Fórmula 1. Amor eterno y felicidad total”
Rojas tiene, como Colapinto, una carrera contrarreloj. La Ley Orgánica de Municipalidades señala que el intendente debe pedir la licencia si el viaje dura más de 5 días. De cumplirse los plazos normales, rojas regresaría al filo de lo permitido, pero dentro del plazo legal. Cualquier demora gatillaría la acción sancionatoria.
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