viernes 20 de septiembre 2024

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Historias del Crimen

Los dos delincuentes que salieron de la cárcel y el asesinato del taxista Pozo en Rawson

Fue en invierno de 1973 en Rawson. El taxista Ángel Pozo levantó pasaje en el centro sanjuanino. Sus pasajeros eran dos delincuentes con quienes inició un viaje que tuvo el peor final para él.

Por Redacción Tiempo de San Juan

Entró a los trancos y agitado a la guardia de la Comisaría 6ta de Rawson. Ángel Pozo tenía el rostro pálido y sudaba, pese que hacía mucho frío esa madrugada de invierno de 1973. “Me balearon… me balearon”, dijo antes que los policías le preguntaran los motivos de su presencia. Los uniformados lo miraron extrañados, pero ahí vieron que se tomaba el abdomen y notaron las manchas de sangre en su abrigo.

No era una broma ni exageraba. Los policías vieron las dos heridas de bala en su estómago. Y si bien el taxista se veía lúcido, poco a poco empezó a sentirme mal y tuvieron que ayudarlo a sentarse en un banco de la comisaría antes que se desplomara.

Esa noche del miércoles 25 de julio de 1973, el taxista Ángel Pozo fue trasladado al Hospital Guillermo Rawson. Ahí empezaría su derrotero entre la vida y la muerte que duró trece días. El 7 de agosto del mismo año dejó de existir en una cama de la terapia intensiva del nosocomio provincial.

Un vecino de Rawson

Pozo murió a los 52 años. Él era justamente de esa zona de Rawson, su casa estaba en la calle Santa Rosa en Villa Krause. Aquella noche se había amanecido trabajando arriba de su taxi Chevrolet y se encontraba en la parada de las calles Rivadavia y General Acha, frente a la plaza 25 de Mayo, cuando se acercaron dos hombres y les pidieron que los llevara a Villa Krause por avenida España.

comisaria.jpg
Pedido de ayuda. Aquella noche del ataque, el taxista Pozo se trasladó en su auto hasta la Comisaría 6ta y pidió ayuda a los uniformados.

Pedido de ayuda. Aquella noche del ataque, el taxista Pozo se trasladó en su auto hasta la Comisaría 6ta y pidió ayuda a los uniformados.

El chofer tomó camino hacia el sur atravesando el centro sanjuanino y después por avenida España. Un viaje como cualquier otro, sólo que sus pasajeros no era gente común. Murmuraban y se miraban entre sí, mientras que el taxista notó algo raro en esos rostros curtidos y las sonrisas burlescas.

A la altura de la calle Devoto y avenida España, los misteriosos pasajeros ordenaron a Pozo que se detuviera. Mil seiscientos pesos, les dijo el taxista, refiriéndose a la tarifa del viaje. Pero los hombres descendieron del vehículo, se hicieron los desentendidos y empezaron a caminar. Eso molestó al chofer, que bajó furioso para increparlos.

El ataque a balazos

Ahí agarró del brazo al mayor de los hombres y comenzaron los forcejeos y los golpes. El otro sujeto intervino y, entre insultos, sacó un revólver calibre 38 largo. El taxista vio el arma y se le fue encima, pero en ese instante el desconocido le largó un disparo.

Ese primer balazo impactó en el abdomen de Pozo, pero éste no se intimidó y alcanzó a largar unos manotazos contra los dos delincuentes. En medio todo eso, se escuchó una segunda detonación y entonces el taxista retrocedió. Es que sintió ese segundo disparo, también en el estómago.

Los delincuentes salieron corriendo, a la vez que el taxista Pozo se encogió tomándose el abdomen. En ese momento dimensionó la gravedad de la situación y se aterró, de modo que subió al auto Chevrolet y lo puso en marcha para buscar ayuda en la comisaría de Villa Krause. Era las 5.45 de la mañana de esa fría noche del miércoles 25 de julio de 1973 cuando ingresó a la guardia y contó a los uniformados lo que acababa de suceder.

Anuncio.jpg
La noticia. Así presentaba el diario Tribuna de la Tarde el ataque que sufrió el taxista Pozo.

La noticia. Así presentaba el diario Tribuna de la Tarde el ataque que sufrió el taxista Pozo.

Pozo fue intervenido quirúrgicamente y quedó en estado grave; aun así, pudo relatar lo ocurrido y describió a los delincuentes. Los investigadores realizaron averiguaciones, pero no encontraba una pista firme identificar a los atacantes. Sin embargo, uno de los policías relacionó el ataque con otros asaltos anteriores a taxistas.

La pista

El padre de ese oficial era taxista y había sufrido un violento atraco años atrás. Se acordó que en aquel asalto participó Juan Hilario “El Pibe Palermo” Campos, un conocido delincuente cuya fisonomía coincidía con la de uno de los atacantes de Pozo. Además, tomaron conocimiento que éste había salido del Servicio Penitenciario Provincial semanas antes de la agresión al taxista.

Los policías vigilaron el domicilio de “El Pibe Palermo” en Villa Lourdes, Rivadavia. Sin embargo, al primero que detuvieron fue a Carlos “El Pitojuan” Balmaceda, otro expresidiario recientemente liberado del penal de Chimbas. Lo apresaron porque su aspecto era igual al del otro agresor que describió el tachero.

Secuestro.jpg
Detenidos. Juan Hilario "El Pibe Palermo" Campos (a la izquierda) y Carlos "El Pitojuan" Balmaceda fueron detenidos el dos días del ataque. Foto de Diario de Cuyo.

Detenidos. Juan Hilario "El Pibe Palermo" Campos (a la izquierda) y Carlos "El Pitojuan" Balmaceda fueron detenidos el dos días del ataque. Foto de Diario de Cuyo.

Su detención se produjo el 27 de julio. En el allanamiento a su casa en Rawson encontraron un revólver calibre 38 largo con tres vainas servidas en el tambor. Horas después cayó “El Pibe Palermo” Campos.

Para entonces, “El Pitojuan” Balmaceda ya había confesado; mejor dicho, reconoció que estuvo en el ataque a tiros contra el taxista, pero de alguna manera “entregó” a su amigo. Admitió la pelea con el chofer. Aclaró que primero se le escapó un balazo durante la gresca y que, posteriormente, “El Pibe Palermo” disparó contra el taxista.

La confesión

“El Pitojuan” era el más complicado. Es que, pese a que Pozo permanecía internado, hicieron una rueda de reconocimiento y lo señaló como uno de los agresores. Por esa razón, Balmaceda trató de armar una coartada para despegarse.

En ese primer relato dio detalles de todo lo que hizo entre la noche del 24 y 25 de julio de 1973. Contó que se hizo amigo de “El Pibe Palermo” durante su estadía entre rejas en el penal de Chimbas. Sobre la noche del ataque, comentó que cenó y bebió con su compadre Cristino Mallea en su casa de Rawson, luego partieron en la camioneta de éste último hacia el centro capitalino y continuaron tomando en el bar “Pecos” en la calle Laprida, entre Mendoza y General Acha.

detenidos.jpg
Los asesinos. "El Pitojuan" Balmaceda y "El Pibe Palermo" en otra foto publicada por el diario Tribuna de la Tarde.

Los asesinos. "El Pitojuan" Balmaceda y "El Pibe Palermo" en otra foto publicada por el diario Tribuna de la Tarde.

Allí se encontró con “El Pibe Palermo”, que se encontraba acompañado de otras personas. Agregó que su compadre se marchó al rato y él se unió a la mesa de su amigo expresidiario. Siguiendo con su relato, Balmaceda contó que pasadas las 5 de la mañana los dos salieron del bar y abordaron el taxi de Pozo.

“El Pitojuan” aseguró que, al llegar a destino, le entregó el dinero a “El Pibe Palermo” para que pagara el viaje porque se iba a bajar más adelante y él descendió del taxi. Pero cuando se alejaba, el taxista lo alcanzó y le comentó que su amigo no quería pagarle. Su versión fue que ahí se suscitó la discusión, que Pozo y Campos se pusieron a forcejear e intervino para detener la pelea.

Según él, largó un disparo al aire y el taxista Pozo lo atacó a golpes. En ese momento se le escapó otro tiro, agregó. También aseguró que el chofer logró quitarle el arma, por lo que él se alejó y buscó escapar, pero en eso sintió otro disparo y vio que “El Pibe Palermo” tenía un arma en la mano. Segundos más tarde ambos fugaron del lugar, se refugiaron en su casa y no supieron más qué pasó con el taxista, declaró.

Retractación y coartada

Juan Hilario “El Pibe Palermo” Campos, de 33 años, y Carlos “El Pitojuan” Balmaceda, de 22 años, fueron indagados posteriormente en Tribunales. El primero de ellos directamente negó haber estado con Balmaceda esa noche y por otro lado juró que ni siquiera pasó por el frente del bar “Pecos” de calle Laprida.

anuncio de la muerte.jpg
Titular. Así anunciaba Diario de Cuyo la muerte del taxista tras más de una semana de internación en el Hospital Guillermo Rawson.

Titular. Así anunciaba Diario de Cuyo la muerte del taxista tras más de una semana de internación en el Hospital Guillermo Rawson.

“El Pitojuan”, en cambio, intentó arreglarla y cambió su confesión inicial para despegarse. Reconoció su firma en esa declaración dada a la Policía, pero no admitió el contenido de la misma. Fue así que dio una nueva versión de lo que hizo esa noche.

A contramarcha de lo que dio en un primer momento, aseguró que no estuvo en el bar “Pecos”, que permaneció en su casa y que esa noche fue visitado por un amigo de apellido Flores, quien le pidió que le guardara ese revólver calibre 38. Aclaró que no sabía en qué problemas andaba este hombre y que no sabía su nombre ni dónde vivía.

Evidentemente todo lo que decía era una nueva mentira para desvincularse del ataque a balazos. Así lo entendió el juez, que procesó a Campos y Balmaceda por el delito de homicidio en grado de tentativa. Es que Pozo todavía seguía internado. Lo alarmante fue que no mostró mejoría y su estado de salud se complicó con los días y no hubo marcha atrás. Falleció el 7 de agosto en horas de la tarde.

Pitojuan.jpg
"El Pitojuan". Carlos Balmaceda fue señalado como el principal responsable. En su casa hallaron el arma homicida. Foto de Diario de Cuyo.

"El Pitojuan". Carlos Balmaceda fue señalado como el principal responsable. En su casa hallaron el arma homicida. Foto de Diario de Cuyo.

Con la muerte de Ángel Pozo se ajustó la calificación del delito y quedó en homicidio simple. Bajo esa acusación ambos fueron enjuiciados en octubre de 1975. En el juicio declararon dos testigos claves que relataron que, la noche del ataque, escucharon disparos y vieron a Balmaceda y Campos llegar corriendo a la casa del primero de éstos.

Condena

Balmaceda y Campos fueron condenados a 14 años de prisión. Sus defensores no quedaron conformes y apelaron el fallo de primera instancia. La sentencia fue revisada por el tribunal compuesto por los jueces Carlos Graffigna Latino, José Hidalgo y José García Castrillón en octubre de 1976. Estos magistrados analizaron el recurso planteado por los defensores, pero le dieron otro revés. Los magistrados no hicieron lugar a los argumentos planteados y confirmaron la sentencia condenatoria de 14 años.

Pasaron muchos años. Casi cuarenta y nueve años del asesinato del taxista Ángel Pozo y el caso pasó al olvido. De Juan Hilario “El Pibe Palermo” Campos no se supo más nada; por el contrario, la carrera criminal de Carlos “El Pitojuan” Balmaceda continuó. Tiempo después su nombre volvió a sonar en otros casos resonantes, pero eso es motivo para otra de las tantas Historias del Crimen de San Juan.

Tiempo de San Juan

Suplementos

Contenido especial

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Las Más Leídas

A qué hora llegará el viento Sur a San Juan, según un especialista
Los osos marinos esperan un año más a los turistas en Mar del Plata.
Dos empresarios sanjuaninos vivieron momentos de pánico tras ser víctimas de un secuestro extorsivo en Chile.
Entre rejas. Esta es la agente de Policía ahora detenida por presunta estafa.
El sanjuanino Carlos Pérez y Camila, prima de Loan Peña, el menor desaparecido.

Te Puede Interesar