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ANTECEDENTES

El Gringo Cabrera y el Topo Garro, boxeadores sanjuaninos en casos penales

Son los casos más conocidos de púgiles sanjuaninos envueltos en escándalos policiales por robo, drogas y violación. Por Gustavo Martínez Puga

Por Redacción Tiempo de San Juan

 

 

La detención por el homicidio de un peluquero metió al caucetero Amílcar Funes al historial de boxeadores sanjuaninos que alcanzaron la fama con los puños sobre el ring y que cayeron en desgracia por verse envueltos en casos judiciales. Mauricio Gringo Cabrera y Marcos Topo Garro son dos de los casos más resonantes.

TOPO GARRO

El 26 de abril de 1998 quedó grabada a fuego para los amantes del boxeo de todo el país. Es que Marcos Topo Garro, el boxeador sanjuanino había salido en televisión para todo el país reteniendo por nocaut el título de Campeón Argentino de la categoría Gallo. Pero ni bien bajó del ringo, lo esperaba la Policía y lo metieron preso por tenencia de drogas y violación.

Los investigadores lo habían visto por la tele y se enteraron que tenía pedido de captura. Ni bien terminó la pelea en América 2, cayó preso en vivo y en directo. Tenía un pedido de captura en San Juan desde 1995 por robo y violación en Capital Federal.

Garro era en ese momento una promesa del boxeo, venía invicto en 20 peleas y con chance de una pelea por el título mundial.

Antes en San Juan también había tenido problemas con la ley. En 1991 estuvo un año y medio preso por supuesto cómplice de violación. En 1994 estuvo vinculado a dos intentos de robos. También fue desvinculado. Y luego no respondió a una citación de la justicia por supuesto cómplice de robo de unos amigos que fueron detenidos en su casa.

La causa por la que Garro fue detenido después de retener el título de campeón en 1998 había sido por una supuesta tenencia de droga y una supuesta violación ocurrida en 1995 Capital Federal.

Esa noche de la detención Garro había sido el semifondo del Locomotora Castro. El sanjuanino enfrentó a Néstor Paniagua, controló toda la pelea y en el cuarto round lo noqueó con un golpe en la boca del estómago.

Garro murió a los 33 años, en el 2002, en hecho por demás confuso: un policía le pegó un tiro porque supuestamente estaba robando en un depósito de la AFIP, lo cual nunca se probó. Garro estaba entrenando para volver a boxear.

EL GRINGO CABRERA

Mauricio Alejandro Cabrera (40), apodado el Gringo, fue otro de los boxeadores sanjuaninos que cayeron presos en momentos de esplendor boxístico.

El Gringo salió a robar junto a un cómplice y cayó cuando usó la violencia para sacarle una cartera a una maestra. Fue atrapado por la policía y fue condenado.

Fiel a su estilo, fue de frente, se hizo cargo del delito y afrontó la condena.

Una vez preso en el Servicio Penitenciario Provincial siguió entrenando y enseñando boxeo. Llegó a organizar una velada boxística en el interior de la cárcel, con presos a los que él les había enseñado boxeo.

Salió y se fue a probar suerte a Buenos Aires. Pero en su pelea número 17, la que podía significar su chance internacional si ganaba, sufrió un tremendo nocaut delante de su público en el Estadio Cantoni, donde terminó fuera del ring, casi a los pies del gobernador Gioja. Él siempre dijo que las cuerdas del ring estuvieron mal armadas.

Lo cierto es que ese golpe le dejó consecuencias neurológicas y el Gringo Cabrera, aquel que daba un espectáculo impresionante en cada pelea porque salía a matar, siempre para adelante, se retiraba definitivamente del boxeo.

Había debutado en el boxeo profesional el 16 de mayo de 1997 con un triunfo por puntos ante un mendocino. Y se retiró con aquél brutal nocaut el 30 de abril de 2005. Hoy, radicado en Buenos Aires, se dedica a cuidar las espaldas a famosos, como el ex Secretario de Comercio de la gestión kirchnerista, Guillermo Moreno, o el presidente del Club Independiente, Javier Cantero.

Cabrera y Garro compartían un punto en común: ambos nacieron y se criaron en Chimbas. El Gringo, en el barrio Patetta, y el Topo en la Villa Paula.

 

 


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