Trabaja en plena vereda capitalina con una sierra colgada al cuello, y sus manos parecen bailar en torno a los montículos de leña que arma cuidando hasta el más mínimo detalle. Usa totora elástica, con la que envuelve los palos de tal manera que resulta imposible desarmar sus nudos. Así es como arma los atados con los que la mayoría de las familias de la provincia preparan sus asados. En medio de su tarea, Sebastián Rosselot, un sanjuanino de 31 años, contó a Tiempo de San Juan los secretos de su oficio.
Hace más de seis años que comenzó a trabajar en el corralón Rimar, que abastece con leña a la mayoría de los comercios de la provincia, llegando incluso a zonas alejadas, como es el caso de Calingasta.
“Empecé a trabajar acá haciendo tareas varias: limpiando el corralón, despachando garrafas... Después, mi patrón me enseñó cómo hacer los paquetes, y así empecé con esto. De a poco, le fui tomando ritmo. Gracias a Dios, ahora hacemos muchos paquetes”, cuenta Sebastián.
Con el tiempo, el joven alcanzó su performance habitual: trabajando de 9 a 17 hace 450 atados por día, “y algunos más también”, aclara. Y siempre intenta mejorar su desempeño. “No me pagan por bulto, me pagan por día. Pero siempre trato de hacer la mayor cantidad posible, porque si no, no llegamos con la demanda”, dice el sanjuanino, que le pone el cuerpo al trabajo.
Para desarrollar su tarea, sigue todo un proceso. Primero, se acerca al montículo de leña y elige troncos de distintos tamaños. Luego los lleva junto a una antigua balanza mecánica, de esas que usan pesas. Sobre ella coloca cuatro o cinco palos, según el tamaño, y calcula que tengan un peso de 2,8 kg o 4,8 kg, dependiendo del tipo de atado que esté armando.
Embed - La inmejorable técnica del sanjuanino que arma 450 atados de leña por día
Después los acomoda en un dispositivo de hierro al que llama "paquetero", que tiene cinco espacios semicirculares, donde comienza el proceso de anudado. “Es clave mezclar tronquitos de distintos tamaños para que el atado se vea mejor y, al mismo tiempo, sea más útil para quien hace el asado”, asegura el hombre, que vive con sus padres en Rawson.
En cuanto al tipo de leña que utiliza, afirma que en algunos casos es algarrobo, aunque principalmente usa quebracho blanco. “El colorado no sirve, es muy duro”, explica el atador. Y agrega: “Lo que hay que calcular es dos kilos de leña por uno de carne. Si el asador es bueno, tiene que usar esa cantidad”.
Respecto a los días de mayor demanda, señaló que para el Día del Padre se vende más leña que para el Día de la Madre. Además, la demanda aumenta considerablemente durante las fiestas de fin de año y el 1° de mayo, Día del Trabajador. A esas fechas se suman las patrias, como el 25 de mayo o el 9 de julio. “En las fechas patrias, la gente no solo hace asado, también mucha comida al disco, y para eso lleva una gran cantidad de atados de leña”, explicó.
Para finalizar, reflexiona: “Hoy en día está difícil conseguir trabajo. Pero hay que confiar en Dios y esforzarse mucho para lograrlo. Y no solo eso, después hay que trabajar duro para mantenerlo. Eso es lo que hago: me esfuerzo cada día para cumplir y conservar el puesto que me permite tener un sustento para vivir”.