El té es una bebida ampliamente valorada por sus propiedades beneficiosas para el organismo. Entre las opciones naturales que más interés han despertado en los últimos años, una planta en particular se ha convertido en protagonista por sus múltiples usos terapéuticos: la ashwagandha. También conocida como “el ginseng indio”, esta hierba ha ganado popularidad como un remedio natural frente al estrés, el insomnio y el deterioro cognitivo.
¿Qué es la ashwagandha?
La Withania somnifera, nombre científico de esta planta, pertenece al grupo de los adaptógenos, es decir, sustancias naturales que ayudan al cuerpo a responder mejor ante situaciones de estrés físico y emocional. Su nombre en sánscrito se traduce como “olor a caballo”, debido al aroma característico de su raíz y a la creencia de que proporciona fuerza y vitalidad.
Según fuentes como MedlinePlus y diversos estudios, aunque aún se están investigando a fondo sus propiedades, se ha observado que la ashwagandha contiene compuestos que podrían calmar el sistema nervioso, reducir la inflamación, estabilizar la presión arterial y modular la respuesta inmune.
Beneficios destacados del té de ashwagandha
1. Mejora la calidad del sueño:
Gracias a su efecto sobre los niveles de cortisol —la hormona relacionada con el estrés— esta planta puede favorecer un descanso más profundo y reparador, especialmente útil para quienes sufren de insomnio ocasional o ansiedad nocturna.
2. Estimula la función cerebral:
Uno de los efectos más interesantes de esta hierba es su potencial para apoyar la regeneración neuronal y proteger la memoria. Su uso podría ser beneficioso para prevenir el deterioro cognitivo asociado a la edad.
3. Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad:
La ashwagandha actúa como un tranquilizante natural, sin los efectos secundarios de ciertos fármacos. Muchos la consideran una opción efectiva para aliviar la tensión emocional y mejorar el ánimo.
4. Apoya la salud metabólica:
Además de sus efectos calmantes, se ha sugerido que podría ayudar a evitar el aumento de peso relacionado con el estrés crónico.
¿Cómo preparar esta infusión natural?
La ashwagandha se puede encontrar en distintas formas: cápsulas, polvo o raíces secas. Si preferís consumirla como infusión, seguí estos pasos:
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Herví 8 onzas (aproximadamente 240 ml) de agua.
Añadí 2 cucharadas de raíz o polvo de ashwagandha.
Tapá el recipiente y apagá el fuego inmediatamente.
Dejá reposar entre 10 y 15 minutos.
Colá la preparación y servila caliente. Se puede endulzar con miel o añadir unas gotas de jugo de limón.
Precauciones
Aunque en general se considera segura, esta planta no está recomendada durante el embarazo, en personas con enfermedades autoinmunes o en combinación con ciertos medicamentos. Por eso, es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de incorporarla a tu rutina diaria.