En las últimas horas trascendió que una fábrica textil instalada en San Juan suspendería a más de 500 trabajadores. Esto sin duda generó preocupación y para aclarar el panorama, Tiempo de San Juan dialogó con Roberto Vega, secretario de la Asociación Obrera Textil, quien comentó porqué la fábrica decidió tomar esta decisión y como fue la intervención del gremio para evitar que los trabajadores pierdan.
La suspensión se dará en la fábrica Vicunha y será solo por una semana, del 16 al 22 de junio, alcanzando entre 500 y 550 trabajadores. Esta decisión se debe a un sobrestock que está teniendo la planta y la poca compra que vienen registrando en los últimos meses. “Como no hay pedido y no se vende nada, según lo que nos han dicho los empresarios, se hacen estas suspensiones llegando a un acuerdo con los trabajadores para que no pierdan”, explicó Vega.
El acuerdo consiste en una reducción del pago del sueldo durante el periodo de suspensión, que ronda el 25%, según la categoría. Según Vega, en términos monetarios representa entre $15.000 a $20.000 menos que cobraría el trabajador por la suspensión.
El gremialista detalló que la suspensión se realiza por una semana ya que la situación se va evaluando día a día. Incluso si dentro de la semana de la suspensión ingresa un pedido importante que demanda la mano de obra activa, se levanta la medida y los trabajadores son convocados a sus lugares.
El parate se da en aquellos sectores donde no es necesaria la presencia de la totalidad de los trabajadores. El gremialista explico que dentro de una fábrica textil hay varias áreas, como tejeduría, hilandería, tintorería, entre otros. Teniendo en cuenta esto, la medida solo alcanza a algunos sectores y no a la totalidad de los trabajadores de la planta, que seguirán efectuando sus tareas con normalidad.
¿Qué pasa con el resto de las fábricas textiles ubicadas en San Juan?
Vega detalló que tanto en Vesubio y Entretelas Americanas la situación se está desarrollando con normalidad, cumpliendo meses sin suspensiones ni altibajos que despierten la señal de alarma.
Si bien en un inicio la apertura de importaciones generaba incertidumbre sobre como iba a impactar en el sector, el principal problema que están registrando es la falta de pedidos y la baja de la demanda. Pese a ello, Vega detalló que, conforme a lo que se comenta en el rubro, algunas telas importadas no cumplen con la demanda de los fabricantes, por lo que no descarta que la situación se normalice y los pedidos vuelvan a su ritmo habitual en el corto plazo.
“Acá lo que tenemos que ver es el tema de la competencia. Sabemos de los precios y esperamos que los empresarios se adecuen y nos den una mano”, precisó el gremialista.