En las últimas horas, Cuyo recibió su primera masa de aire frío y el paisaje se tiñó de blanco en varias zonas del sur de Mendoza y la cordillera. San Juan no estuvo exento, y hubo una precipitación en el sur de Calingasta, informó el climatólogo Germán Poblete. ¿Sirve la cantidad caída para dar caudal a los ríos locales?
“Es una nevadita promisoria porque marca el inicio del periodo nival, pero ha sido débil. Todavía no nos dice nada sobre cómo será la temporada nival”, indicó Poblete, y agregó: “es una nevadita que la gente estaba extrañándola, pro no da indicios sobre el periodo nival que todavía no sabemos si va a ser muy abundante o no”, reiteró.
Para Poblete, “tenemos que empezar a abrir más los ojos a fines de mayo y principios de junio para ver cómo viene más la temporada”.
Dónde cayó nieve
La precipitación se produjo en el sur calingastino, en la zona de la Sierra de la Totora, donde se ubica la cuenca del rio Blanco, uno de los afluentes del Río San Juan. No ha caído nieve en la zona que “salva” a San Juan cada año de tener agua disponible para el consumo humano y económico, que es la cuenca del principal rio de la provincia, en las cercanías del cerro Mercedario. Se espera para este jueves que vuelva a repetirse la nevada.
Poblete destacó en cambio que sí ha caído nieve en Mendoza –lo mismo que en Neuquén-, un fenómeno que se extenderá hasta el sábado próximo. Pero no es abundante, se estiman unos 5 centímetros.
El experto fue cauto y reitero que en el caso de San Juan se trata de una nevada “muy, muy” débil, que de ninguna manera da pistas de que el próximo invierno vaya a ser mezquino o abundante en precipitaciones, Es decir, no se puede saber si va a haber más o menos nieve que el año pasado.
Lo que se sabe hasta ahora según los pronósticos es que va a ser un invierno con temperaturas normales o tirando a superiores a lo normal. Pero eso es un promedio y de ninguna manera se puede descartar la incidencia de las famosas olas polares que vienen entre junio y julio.
“La fecha de la primera helada acá en San Juan es el 31 de mayo”, anticipo Poblete. “Por eso se considera el 1 de junio el inicio del invierno meteorológico, distinto al astronómico que empieza el 21 de junio”, expresó.
Mendoza, más favorecida
Si bien el experto no puede arriesgar aun cómo será el año níveo en San Juan, destacó que tanto el año pasado como ahora, la provincia que ha sido favorecida es Mendoza y la región del Comahue. “Los mecanismos precipitantes vienen del Pacífico, del suroeste. Vienen transversalmente y toman la Patagonia, el Comahue y Mendoza. Y el remanente viene a parar a la zona del sur de la cordillera sanjuanina y en menor medida, la cordillera norte, de ahí la gran diferencia entre el Rio San Juan y el río Jáchal”, indicó.
La diferencia con el año pasado
El año pasado las primeras precipitaciones níveas en San Juan se produjeron entre el 11 y 16 de abril. El fenómeno incluso fue caracterizado entre los sanjuaninos como “la primea ola invernal” y modificó al típico otoño sanjuanino, obligando a los sanjuaninos a sacar abrigos y bufandas. Incluso la nevada del 23 de abril de 2024 pudo observarse en los picos nevados desde la ciudad.
Poblete indicó en un documento que fue el abril más anómalo en 63 años, entre 1961 y 2024. “En el otoño de 2024 aconteció en San Juan un abril con una anomalía térmica continua que perduró más de una semana incluyendo una nevada temprana en la cordillera; en contraste con los abriles típicos sanjuaninos que se caracterizan por tener principalmente tardes de templadas a cálidas con noches muy frescas y en general con calma ambiental y esporádicas precipitaciones”
Observó el ranking de las temperaturas máximas diarias correspondientes a los abriles de los años del periodo 1961-2024 resultando 1991 el más frio, y 1970 el más cálido. En abril de 1991 hubo una inflexión que solo duró un día con 18,7 grados, mientras que la oscilación del 2024 registró temperaturas entre los 13 y 13,5 grados durante seis días consecutivos, sin inflexiones.
Así determino que desde 1961 no se había registrado una situación térmica continua como la de abril del año pasado, reforzando la idea de que esta última “fue una verdadera singularidad” que no se halló en los años analizados.