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En medio de la crisis

La "avivada" de las carnicerías sanjuaninas para ofrecer asado más barato ante la caída del consumo

Hay un truco con la venta de asado que se está generalizando en locales de la provincia. ¿De qué se trata?

Por Elizabeth Pérez

La crisis golpea fuerte al mostrador de carne, y frente a la caída del consumo, muchas carnicerías en San Juan están recurriendo a estrategias para mantenerse a flote. Sebastián Parra, uno de los principales referentes del sector cárnico de la provincia dijo que además de achique de márgenes está creciendo el “asado económico”.

Estos consisten en la venta de cortes con hueso incorporado para que el producto pese más, pero cueste menos, aunque el cliente reciba menos carne real. “La transformación de las carnicerías ha sido brutal. Yo he visto inventos impensados”, dijo Parra.

En efecto, respecto a los “asados económicos”, los mostradores han utilizado todo su ingenio para mezclar carne y huesos. “No son nuevos cortes, si no, viejas prácticas”, dijo el empresario este jueves en declaraciones a Radio Sarmiento.

El "asado económico"

Un ejemplo es el asado de aguja, que se conoce mucho en Buenos Aires pero que ahora prolifera en San Juan. Es el asado de carnicero con el hueso de alita incorporado, sin despegar. Al venderlo de esta forma, se le puede bajar el precio al kilo.

“En realidad lo que se hace es un promedio del precio. Si el asado de carnicero vale 10 mil pesos y el hueso de alita vale 2 mil pesos, se hace un promedio y se puede vender un asado de 8.000 o 7.500 pesos y queda mucho más cómodo al bolsillo”, explicó Parra.

Otro corte vacuno versátil es la marota y ahora se está vendiendo en las carnicerías sanjuaninas como chuletas pegadas junto con el hueso de cogote para poder ofrecer un asado más económico. El dueño del frigorífico Parra, que abastece a minoristas dijo que el que tiene una carnicería, se la está rebuscando para vender y subsistir. “El esfuerzo general de la industria cárnica está siendo grande para poder sostenerse y mantener las ventas y también poderle ofrecer al consumidor algo que pueda comprar”. Indicó.

Márgenes, en picada

En el sector informaron que la cadena de la carne ha tenido que achicar los márgenes de ganancias de un 30% a solo un 10 o 12%. Lo mismo ocurre con los mayoristas que trabajaban con un margen de 8 o 9%, ahora los hacen con un 4 o 5% “para poder sostener los volúmenes de carne, para que no se incrementen los fletes, para que no se incrementen otras cosas. Es un esfuerzo grande que se está haciendo en toda la industria, pero así todo el consumo está contraído”.

El empresario planteó que el escenario en San Juan es dispar, con carnicerías que cierran y otras que abren. Pero la mayoría se está reinventando. Es decir, le han incorporado almacén o llevando a otros rubros.

Cuando la plata no alcanza

Hoy el precio de un kilo de blanda ronda entre los 10.000 y los 13.000 pesos según el comercio, la zona, el lugar. Pero el ticket promedio diario ronda los 4.000 pesos en las zonas de menor poder adquisitivo. Eso quiere decir que la mayoría está comprando medio kilo de carne.

Ocurre en barrios de Chimbas, pero también en barrios menos pudientes de los departamentos. “En los barrios más populosos usualmente compran por plata y no por kilo”, indicó.

Consumo

El consumo viene bajando sin freno. Un informe oficial reveló que el consumo en Argentina en el 2024 cayó 11,2% respecto al año anterior. Este año no ha sido la excepción y ha seguido bajando, pero aún es pronto para establecer en que porcentaje se estabilizará.

Pero hay algunas pistas: Parra dijo que los abastecedores como él están trayendo en promedio entre un 30 o 35% menos de carne que lo usual, debido a la caída de las ventas.

En cuanto a los precios, dijo que no está previsto por el momento un aumento. Pero si en el futuro el consumo llega a repuntar, inevitablemente lo precios se incrementarán porque la oferta de ganado en el país es menor. “El problema es que ante la poca demanda y no hay producción, porque nadie va a producir algo que después va a tener que invertir dinero para sostener porque no hay venta”.

Si bien todavía Argentina tiene 51 millones de cabezas de ganado, es una cantidad estable para el consumo que hay, ante una crecida en el consumo, sí puede llegar a haber faltantes y ahí sí podrían subir los precios.

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