Tomando la funda roja que cubre y resguarda a su guitarra llegó Judith Pintos el miércoles 16 de julio hasta la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, en Achango, Iglesia, para participar de las ceremonias patronales. Así, una vez más en su corta vida, ponía su voz a disposición de Dios y en este caso, de la virgen.
Judith tiene 19 años y si bien cuenta que canta desde siempre, sus primeros recuerdos se remontan al coro de la Iglesia cuando tenía 8 años. Allí, acompañada por sus vecinos y los pequeños de la comunidad de Las Flores, de donde es oriunda, fue descubriendo su pasión por la música en general y el canto en particular.
Con el tiempo las canciones de la Iglesia estaban bien, pero la joven quería incursionar un poco más en la música y en lo que podía hacer con su talento. Fue así que junto con su hermana armaron un dúo dedicado a interpretar canciones folklóricas. Guitarra, armonía y la dulzura de las hermanas Pintos fue suficiente para el disfrute y el desarrollo de la pasión que hoy en día mantienen con firmeza.
Al culminar el secundario Judith partió hacia La Rioja, donde comenzó la carrera de medicina, con el sueño de ser doctora el día de mañana. Sin embargo, el canto sigue estando presente en cada instante de su vida.
El amor por la música se unió estas vacaciones de invierno a su devoción por la Virgen del Carmen, y no dudó ni un instante cuando surgió la oportunidad de poder cantar durante las celebraciones patronales en Achango. “Para mí en primer lugar es mi madre, y también el camino más perfecto para llegar a Jesús. Creo en eso y es lo que me a fortaleza”, detalla la joven sanjuanina que se autodefine como “muy devota de la Virgen del Carmen”.
Con promesas y pedidos guardados en celoso secreto, Judith entona cada una de las canciones de la celebración religiosa con orgullo, con la frente en alto y la claridad en su voz, esperando poder transmitir a los oyentes al menos un céntimo de la paz que ella siente al cantarle a la Virgen; renovando su compromiso de volver a estar en el mismo lugar, guitarra en mano, el próximo año.