Alexander Ramírez había salido a bailar con amigos y cuando se dirigía a su casa, en medio de una discusión con otro grupo, recibió un golpe que lo dejó al borde de la muerte. Le abrieron prácticamente la cabeza para operarlo y hoy debe cuidarse al máximo. "La violencia no soluciona nada, lo vimos con el caso de Fernando Báez", expresa.