Por amor a la televisión sanjuanina, Luciano García se tatuó el logo de Canal 8. Literalmente. A sus 27 años, es uno de los periodistas sub 30 que ha pasado por tres de los cuatro canales de aire de San Juan. Hoy, es una de las caras más reconocidas de Telesol y ya una voz habitual de la Radio Colón. Dice que no es una promesa: es parte de la camada joven que ya ocupa espacios, se hace notar, y está convencida de que puede renovar el aire del periodismo local.
“Hay muchos periodistas en la rama sub 30 que de a poco van ocupando lugares, van corriendo. Espero estar a la altura”, dice, con una mezcla de humildad y certeza. Luciano habla rápido, con naturalidad, como si tuviera un micrófono siempre encendido. Tiene calle, picardía, y un amor genuino por los medios. Lo dice sin vueltas: “No me despego de esto, soy adicto a esto”.
Nació en 1997. Creció mirando noticieros mientras otros chicos veían dibujos. “A mí la televisión me tocó mucho”, confiesa. “Veía noticieros de chico, y en parte porque mi mamá me bloqueó los canales de dibujitos en DirecTV y después se olvidó la clave. Me quedé con los noticieros y ahí quedó todo”.
Uno de sus primeros ídolos fue Marcelo Yacante. “Fue el puntapié inicial. Me acuerdo de Bonita Tarde, me marcó mucho. Me chocó realmente su fallecimiento”, cuenta. También menciona a Jorge Lanata como una influencia: “Podés estar a favor o en contra, pero el tipo era real. Le gustaba ir a los bifes, y a veces cuesta ser sincero”.
Debutó en Canal 13, en el programa Banda Ancha. Luego recorrió el 8 y hoy trabaja en Telesol. Justamente por su paso por Canal 8 se tatuó el logo. Lo hizo cuando aún trabajaba en Canal 13. “Sí, me hacen bastante bullying. Me lo hice cuando estaba en el 13. No me echaron, no, al contrario. Fue como una escuadra”, dice, y se ríe, mientras evita mostrar el tatuaje. “Allá me matan”, bromea.
Le gusta buscar historias a la tarde, cuando la agenda oficial se agota y hay que ser creativo. “El móvil de televisión a la tarde tiene una particularidad. Hay que rebuscársela más”, dice. Por eso, ideó una sección donde visita distintos oficios: desde un panadero hasta un sepulturero o un carnicero. “El carnicero fue el mejor. Quise cortar un bife y parecía una vaca entera. Menos mal que trabajo en la tele, porque si no...”, agrega.
Confiesa que a veces va de “prepo” a buscar notas. “Soy infumable, trato de salir con la mía. Nunca falto el respeto, pero sí insisto. En la calle ya medio que aprendés a leerle la cara a la gente. Si tiene cara de ortiga, ni pierdo el tiempo”.
Reviví la entrevista completa:
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