Después del trágico episodio que ocurrió en Albardón, en el que una jauría de perros atacó brutalmente a una joven de 23 años y la mató, un especialista en el comportamiento de estos animales explicó qué se debe hacer si alguien se encuentra en una situación similar a la que atravesó Florencia Ledesma, cuyas consecuencias tristemente pagó con su vida.
Frente al peligro que puede resultar verse rodeado por un grupo de perros callejeros dispuestos a marcar territorio, el conductista canino Roberto Bastianelli indicó que lo primero que se debe hacer es quedarse quieto y no entrar en pánico. "Lo peor que puede hacer uno es salir corriendo y mucho menos darle la espalda a los animales", aseguró.
Según detalló el experto, tratar de escapar es inútil ya que siempre el animal va a ser más veloz que el humano y lo va a alcanzar. Además, darle la espalda es generar el "efecto presa", por lo que la jauría instintivamente saldrá a "cazar".
Para evitar un hecho lamentable, la persona que se vea acorralada -según dice- tiene que permanecer en el mismo lugar y tratar de identificar rápidamente al alfa, que es quien lidera el grupo. "Se reconoce fácilmente porque es el que siempre está un paso al frente del resto. Él va a ladrar todo lo que pueda y la persona tiene que mirarlo, aunque sin actitud agresiva que promueva alguna reacción", sostuvo.
Una vez que el alfa haya dejado en claro que el territorio es suyo, si no hay ningún tipo de amenaza en el humano, se va a marchar al igual que los otros perros que lo acompañan, acorde advirtió Bastianelli.
Dadas las circunstancias, la recomendación parece útil frente a lo cotidiano que puede resultar encontrarse en soledad con perros callejeros. Es que la víctima del ataque demencial de la jauría había salido a correr por las cercanías de su domicilio, cuando fue sorprendida por los animales. La muchacha, según informaron sus familiares, se entrenaba para ingresar a la Policía.
Bastianelli, que aseveró que de nada sirve la Ley Lara, que controla la tenencia de perros potencialmente peligrosos, puesto que manifestó que incrementó el abandono de perros grandes que, sin estar castrados, se reproducen y conforman peligrosas jaurías.