Toda Calingasta está conmovida por la muerte de Vidal Ossa, quien era el hermano mayor de una de las familias más conocidas de Calingasta. Con 71 años, falleció después de sufrir un ACV dejando gran huella en San Juan, como empresario vinculado a la vitivinicultura y a la minería. La cordillera y el vino eran sus pasiones, según describió su hermano Ramón.
Ossa es un apellido ícono en el departamento cordillerano. Vidal llevaba el mismo nombre que su papá, uno de los emprendedores fundadores que llegó desde Chile a Barreal en los años '50 y compró casi 1000 hectáreas en propiedades. Allí sembró alfalfa para engordar animales y luego se dedicó a la agricultura de lleno.
En todo ese trajín ayudaba el joven Vidal, quien trabajaba a sol y sombra como su padre, un chileno que se había casado con una sanjuanina también de apellido tradicional en su terruño, doña Josefina Ana Aubone, quienes tuvieron después de Vidal tres hijos más: Guillo, Ramón y José.
Vidal y Guillo estudiaron Enología. Así nació la primera bodega boutique de Calingasta, de Vidal y su familia, que se convirtió en todo un ícono productivo y turístico en ese paradisíaco rincón sanjuanino. Aprovecharon una de las propiedades que dejó Vidal padre para instalar este proyecto vitivinícola, denominado “Entre Tapias de Barreal” que nació casi a la par de otra empresa: "Caterwest", que se dedica a prestar soluciones integrales a otras empresas en alta montaña, y trabaja sobre todo dando servicios gastronómicos en minas como Pachón en la provincia y otras de afuera.
“La bodega fue un hobby que hoy forma parte del circuito obligado de visitar en Barreal”, describió Ramón Ossa, quien también es famoso en su tierra como propietario de una posada y de una firma que organiza cabalgatas emulando el Cruce de los Andes de San Martin y, de hecho, las hace para el Gobierno hace unos años.
A la bodega, ahora la van a manejar los hijos de Vidal que son Martín y Luz María, frutos del matrimonio con una mujer también de apellido con peso en San Juan: Patricia Erostarbe.
Vidal estaba viviendo en la ciudad, donde tiene sede una de sus empresas, pero solía ir a su querida Calingasta con frecuencia. “Era mi hermano mayor, qué puedo decir. Era alegre sociable y siempre andábamos a caballo todos los hermanos, nos criamos juntos y es duro, pero es la ley de la vida y hay que seguirla. Lo pude despedir en el sanatorio, es lo mejor que me pudo haber pasado”, contó Ramón, quien no pudo viajar al centro a darle el último adiós a Vidal por la cuarentena, ya que es mayor de 60 años. Dijo que entre el miércoles, cuando falleció, y viernes recibió casi mil mensajes de gente de todos lados lamentando la muerte de su hermano. “La familia Ossa dentro de Calingasta es muy reconocida y le hemos dado trabajo a mucha gente”, indicó Ramón.
“Firme las riendas!! Así me gritabas de niño chico, con 5-6 años, cuando estábamos por cruzar a caballo un río grande, cuesta o paso feo en la cordillera. Ahora me gritas lo mismo desde el cielo! Y sabes que va a ser así. Siempre irán firmes”, posteó Martín, el hijo de Vidal, en las redes, donde se vieron múltiples mensajes de condolencias y recuerdos de “Vidalito”, como le decían algunos de sus seres queridos.