Que no llegan a fin de mes, que tienen miedo a ser despedidos, que por favor no cierre la fábrica en la que trabajan. Estos son algunos de los pedidos más recurrentes que escuchan los brujos sanjuaninos cada vez que reciben una consulta. Así lo afirmó Angela Kunty, Guadalupe y Doña Candela. Los pedidos de amor y de salud pasaron a un segundo plano, ahora lo que la gente más pide es trabajo y dinero y algunos, hasta suerte en los juegos de azar.
"La gente llega angustiada, muchos con mucha fe y confianza y otros con desconfianza porque les ha ido mal con otros colegas", contó Kunty. Las consultas no sólo son para conseguir trabajo sino también para que sus proyectos personales puedan desarrollarse en un contexto no muy favorecedor.
La vidente aseguró que los pedidos no son de una clase social en particular sino que son variadas. "Viene gente muy importante, de todas clases sociales, intendentes y asesores que quieren saber cómo van a estar las cuentas los meses venideros", añadió.
Ángela también recibe pedidos de suerte para los juegos de azar, un camino que elige mucha gente que no le alcanza y desesperada recurre a casinos y bingos en busca de una ayuda extra.
Guadalupe fue otra fuente consultada. Ella contó que percibe mucha tristeza en cada una de las consultas que le hacen. Hasta viene gente de otras provincias para pedir ayuda porque la situación económica que atraviesan es desesperante. Incluso, se ha llegado a topar con personas que lloran porque no pueden pagarles más los estudios a sus hijos.
"El amor y la salud han quedado en tercer y cuarto plano, la gente necesita llegar a fin de mes, pagar el alquiler, por ahí pasan los pedidos", explicó Guadalupe.
La clásica Doña Candela también respondió a la pregunta de Tiempo de San Juan. "Es muy doloroso lo que pasa hoy en día. La gente quiere saber cómo puede salir adelante. Vienen por ayuda para pagar el alquiler, para tener trabajo, para que no cierre la fábrica en la que trabajan", indicó.
El panorama en las consultas de Doña Candela es deprimente porque los clientes llegan en una situación de mucha vulnerabilidad emocional porque "les robaron las esperanzas", según alegó.