Durante el mediodía de este viernes se conocieron impactantes datos aportados por el Ministerio Público Fiscal sobre la detención de tres policías de la Comisaría 6ª, quienes estarían implicados en una agresión con el albañil Cristian Morales, quien terminó con graves heridas. Por este motivo, les dictaron la prisión preventiva por el plazo de tres meses. Según la versión oficial, los agentes actuaron por una gresca callejera. Sin embargo, la investigación judicial reveló un panorama completamente distinto, el cual se trataría de un episodio de violencia institucional que dejó a Morales con fractura de cráneo, hemorragia interna y secuelas que lo llevaron a permanecer internado en terapia intensiva.
El fiscal de la UFI Delitos Especiales, Iván Grassi, relató lo que, según los testimonios recolectados tras las declaraciones del amigo de Morales -Maximiliano Martínez-, ocurrió puertas adentro de la comisaría. Basado principalmente en la declaración de ese testigo clave, el funcionario judicial reconstruyó los hechos que derivaron en la presunta golpiza.
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De izquierda a derecha, Gabriel Mariño -agente-, el oficial subayudante Cristian Aciar y Alejandro González -agente-.
Según ese relato, al ingresar a la seccional, ambos fueron obligados a desnudarse parcialmente. Morales se habría resistido a quedarse en boxer, lo que desató la furia de uno de los uniformados, identificado por su apodo como "Seba". Este policía, luego identificado como el agente Gabriel Mariño, habría arrastrado a Morales al calabozo, donde lo golpeó brutalmente: primero lo estrelló contra una pared, haciéndole impactar la cabeza, y luego le dio un puñetazo en el rostro mientras yacía en el piso, inconsciente.
El propio compañero de celda fue quien, aún vestido, presenció la escena y ayudó a asistirlo. Relató que lo obligaron a limpiarle la sangre con un balde de agua fría, que Morales no reaccionaba a ningún estímulo y que, pese a ello, fue reingresado al calabozo.
Más tarde, el agente Mariño lo habría amenazado, diciéndole: “Así me van a conocer. Cuando te vea en la calle, te voy a llevar”. Más tarde, el agente Mariño lo habría amenazado, diciéndole: “Así me van a conocer. Cuando te vea en la calle, te voy a llevar”.
Además, la ayudante fiscal Gimena Cornejo relató que los familiares de Morales completaron el cuadro de horror. Su padre contó que lo encontró irreconocible, cubierto de sangre y sin poder reconocerlo. Su hermana relató que no le permitieron verlo inicialmente, y que cuando finalmente accedió, lo encontró babeando, con la nariz rota y sin poder hablar. Otra hermana lo vio ingresar al Hospital Rawson en una silla de ruedas, esposado, con los ojos cerrados y en un estado de total desconexión.
Los estudios médicos confirmaron un impactante diagnóstico. El informe del doctor Patricio Castillo indicó que Morales presentaba fracturas en el cráneo, en la región del oído, los huesos de la nariz y acumulación de sangre en el interior del cráneo. La tomografía realizada por el doctor Emiliano Giovanetti confirmó la existencia de una craniectomía reciente y la gravedad de las lesiones. El peligro de vida fue real, no potencial, según la valoración médico-legal.
Los tres integrantes de la fuerza quedaron imputados por los delitos de delito de vejaciones y apremios ilegales en concursos ideal con lesiones graves agravadas por ser cometidas en rol de su funcionario público. En el caso de Mariño por ser autor y de Aciar y González por ser partícipes principales. Finalmante, el juez de garantías Mariano Carrera dictó la prisión preventia por tres meses para los tres implicados y el plazo de ocho meses de Investigación Penal Preparatoria (IPP), a cargo del fiscal de la UFI Delitos Especiales, Iván Grassi, y la ayudante fiscal Gimena Cornejo.