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SUSCRIBITESi bien hubo dos llamados, las autoridades fueron contra el primero que la efectuó, un estudiante de 18 años. Por su parte, el otro autor fue identificado y, como tiene 15 años, no pudo ser aprehendido.
Durante la mañana de este miércoles se registró un verdadero revuelo en la Escuela Boero y sus alrededores, después de recibir una amenaza de bomba y, dos horas más tarde, una segunda. Por el llamado al 911, las autoridades activaron el protocolo y decidieron evacuar a todo el edificio situado en inmediaciones de Av. Rioja y Tucumán.
Tras la intervención de la UFI Genérica, el autor del primer llamado fue rápidamente identificado y, como consecuencia, resultó detenido. Según precisaron fuentes judiciales, el sospechoso que se presentó en comisaría junto a su madre y un abogado y, dado el contexto, fue aprehendido. Como ya se sospechaba, pues el director de la institución anticipó que la geolocalización de la comunicación señalaba el interior de la escuela, se supo que era un estudiante.
En ese sentido y dado el despliegue que debió ponerse en marcha en torno a la amenaza, se especula con que reciba un castigo similar al que tuvo la bioquímica que realizó la amenaza de bomba contra el Hospital Rawson. Se trata de una cifra cercana a los $4.000.000, que oficia de reparación simbólica equivalente al costo que representa llevar adelante el despliegue policial y de Bomberos.
Esta situación podría definirse cuando el imputado por el delito de intimidación al orden público se presente frente al juez de Garantías y sea formalmente acusado por la fiscal Daniela Pringles, al frente de la UFI que instruye el caso. Mientras tanto, permanece tras las rejas en la Comisaría 3ra.
El autor del segundo llamado también fue identificado y se confirmó que, al igual que el otros, es un alumno del establecimiento educativo, aunque como tiene 15 años no pudo ser detenido.
Hace una semana atrás, Rosario Cortés Zmutt fue castigada con una suspensión de juicio a prueba por advertir falsamente que había un explosivo en el nosocomio de Capital. Por ese llamado, ocurrido el 3 de junio de este año, enfermos y personas en grave estado debieron ser movilizadas por precaución. Por tal razón, la bioquímica que trabajaba como residente en el hospital fue sancionada, aunque zafó de una condena que maque sus antecedentes penales.