Muebles fuera de lugar, ropa desparramada por el piso, el hueco que provocó una bala en la pared y sangre, mucha sangre por cada rincón de la casa. Así quedó una vivienda de Santa Lucía en la que falsos policías hicieron pasar a un joven músico una verdadera noche de terror.
Todo ocurrió en la vivienda de los caseros de una enorme finca ubicada sobre Callejón Jáchal, entre Angualasto y San Juan. Matías Chávez, un joven músico de 30 años, y su primo Ricardo Chávez, desde hace un año son los encargados de cuidar la casa, los animales y la finca de Norma Martín, una mujer de 60 años que piensa en vender todo cansada de los robos y la inseguridad.
Después de la noche de terror, Ricardo Chávez recibió a Tiempo de San Juan y relató cómo fue la tortura que vivió su primo, Matías, el cual estaba sólo en el momento que ingresaron los delincuentes.
Entraron en la madrugada, cuando Matías dormía. Eran cuatro y al menos uno de ellos llevaba un chaleco de la Policía. A Matías lo ataron con una cuerda en una de las habitaciones, lo golpearon hasta herirlo y allí aprovecharon para cargar, lo más que pudieron, en un Fiat 125 en el que se trasladaban y en el auto de Matías, un Chevrolet Corsa que también formaba parte del botín de los delincuentes.
En los dos autos cargaron instrumentos musicales de Matías, un saxo, tres guitarras eléctricas y un órgano, 38 mil pesos que tenía ahorrados y dos monos Tití (Mario y María).
Si bien en la finca hay patos, gansos, cabras y gallinas, Mario y María eran las mascotas preferidas del joven, el cual había ahorrado mucho tiempo para poder comprarlos.
Antes de que los delincuentes lograran escapar con los costosos instrumentos, con los ahorros y con Mario y María, Matías logró soltar sus manos e intentó defenderse con un hacha, lejos de logarlo los delincuentes dispararon dentro de la casa y, por suerte, la bala que iba dirigida hacia él impactó contra una pared.
Hasta ese momento los cuatro malvivientes habían logrado su cometido: escapar con los dos autos repletos de elementos de gran valor económico y sentimental.
Fue cuando escapaban a toda velocidad por calle Codillera de Los Andes, cuando personal de la Comisaría 29º se alerta sobre lo que estaba pasando y allí comenzó una persecución policial por la zona que terminó con uno de los autos, el Fiat, estrellándose contra una Fiat Ducato.
Esto obligó a los delincuentes a descender del auto y empezar la fuga a pie, pero sólo uno lo logró y los otros tres fueron detenidos.
Por su parte, Matías fue trasladado al Servicio de Urgencias del Hospital Rawson, donde se recupera de los golpes y las heridas.
Los monos, Mario y María, aguardan en la Comisaría 29ª hasta que su dueño se recupere y pase a buscarlos.