El invierno argentino quedó atrás. Nicole Neumann decidió escapar del frío, rastreando el calor y los afectos por distintos rincones de Europa junto a su esposo Manu Urcera y sus tres hijos. La rutina, los compromisos laborales y las semanas cargadas de trabajo quedaron a miles de kilómetros cuando el avión despegó. ¿Cuánto puede marcar la diferencia una pausa? Para Nicole, suspender lo habitual fue más que un simple descanso: significó un respiro necesario, un tiempo para reconectar, además de reencontrarse con su padre y su hermana Clara.
Poco antes de regresar, Nicole Neumann compartió algo más: un anticipo de la próxima campaña internacional de conjuntos de playa que la tendrá como protagonista. No todo fue descanso. Porque incluso en la distancia, el trabajo y los sueños futuros también piden su lugar en la valija.
A un año del nacimiento de Cruz, la modelo retomó sus campañas de moda, esta vez en traje de baño. En un reel en su cuenta de Instagram, Nicole mostró la producción que hizo, con la colaboración en este caso de sus hijas, quienes la ayudaron en las tomas y en los accesorios. Así se la pudo ver de pie al borde del agua, con una bikini color piel y luego, descansar sobre un salvavidas al tono.
Siempre de buen humor y entre risas, la modelo disfrutó de las capturas fotográficas y de los videos a los que está acostumbrada, en esta oportunidad, junto a toda su familia.
La travesía familiar cruzó fronteras: la ciudad de Åsum, al sur de Suecia, aguardaba con una emoción distinta. El viaje se tiñó de reencuentro. Allí, Nicole pudo abrazar de nuevo a su padre, Bernd Unterüberbacher, y a su hermana menor, Clara, a quienes no veía desde hacía casi un año y dos años, respectivamente.
La comida fue el puente definitivo. Un almuerzo junto a la piscina –con Bernd y su pareja como anfitriones– y una gran paella en el centro de la mesa. Nicole es vegetariana y solo pudo disfrutar del arroz tradicional, pero el gesto quedó en la memoria de todos como “una de las demostraciones de amor paternal que prevalecerán en el tiempo”. El reencuentro familiar se selló después en la playa: picnic, el mar Báltico como telón de fondo y una naturaleza que todo lo envuelve y calma. En ese paisaje, el viaje dejó de ser solo físico para volver invisible lo que separaba, permitiendo a Nicole reconectar con sus raíces, con esas piezas de historia que le son propias y a la vez nuevas para la familia nacida junto a Manu Urcera.
Uno de los primeros destinos elegidos de viaje fue Copenhague. Allí, el grupo se sumergió entre castillos, jardines reales y travesías en bicicleta. Las redes sociales de Nicole se poblaron de imágenes: cada rincón capturado, desde las flores hasta los arbustos prolijamente delineados. Su hija mayor, Indiana, optó por quedarse en Buenos Aires junto a Fabián Cubero, mientras el resto vivía una postal nórdica. En el emblemático castillo de Rosenborg, la modelo se transformó en fotógrafa. Cruz, uno de los hijos, detenía la marcha para observar unas rosas blancas; en otro momento, posaba con su madre junto a una Vespa amarilla, la brisa del verano danés colándose en la escena.
No faltaron los paseos en bicicleta. Senderos bajo copas de árboles, el aire liviano, Allegra y Sienna pedaleando adelante y Nicole atenta a cada detalle. “¿Viste, Cruz, el cuac cuac y los peces?”, pregunta en voz alta, señalando un lago donde los patos se esconden entre los juncos y los peces danzan bajo el agua clara. Todo el momento queda atrapado en un video. ¿Qué mejor forma de guardar la infancia que entre la naturaleza y las risas de quienes más se quieren?
“Nuestras primeras 24 horas en Europa”, dejó escrito la modelo en una historia el pasado jueves. Las imágenes contaron lo que no hizo falta decir: armonía, ternura, juegos, chicos relajados y sonrisas que parecieron celebrar el presente. En la agenda de visitas, las esculturas, las plazas cubiertas de flores y los canales con casas de colores completaron el cuadro de su viaje.
FUENTE: Infobae