Aunque el invierno suele asociarse con el frío y el resguardo en casa, también es una época propicia para la aparición de ciertas plagas, especialmente insectos que buscan protección frente a las bajas temperaturas. Entre los más comunes se encuentran las cucarachas, que aprovechan cualquier oportunidad para instalarse en hogares cálidos.
Estos insectos se sienten atraídos por la humedad, el calor y los restos de comida. Suelen ingresar por grietas, desagües o cañerías y encuentran en las viviendas un ambiente ideal para esconderse y sobrevivir durante la temporada fría.
Las cucarachas son animales de sangre fría, por lo que no pueden regular su temperatura corporal. En condiciones adversas, entran en un estado de hibernación parcial llamado diapausa, que les permite ralentizar su metabolismo y resistir largos períodos sin alimento. Sin embargo, si el interior de una casa ofrece condiciones estables y cálidas, pueden seguir activas durante todo el invierno, alimentarse y reproducirse.
Además del asco que generan, estos insectos representan un riesgo para la salud, ya que pueden transportar bacterias y microorganismos perjudiciales. Se mueven por superficies donde se preparan alimentos y se manipulan objetos de uso cotidiano, aumentando el riesgo de contaminación.
¿Cómo prevenir la aparición de plagas silenciosas en tu casa?
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Sellá bien cualquier rendija o agujero por donde puedan entrar.
Mantené una buena higiene en todos los espacios del hogar, en especial la cocina.
Guardá los alimentos en envases herméticos y sacá la basura con regularidad.
Con simples hábitos de prevención, se puede mantener a raya esta plaga silenciosa que, de no ser controlada, puede convertirse en un verdadero problema.