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Día histórico

La felicidad tiene cara de alumno de sexto grado

Los chicos de 11 años dieron testimonios sinceros sobre cómo sienten volver a las clases presenciales. Con palabras y con gestos, mostraron más alegría que miedo.

Por Redacción Tiempo de San Juan

Francisco fue el primero en llegar a la escuela Antonino Aberastain en el corazón de Pocito. “La verdad que estoy muy emocionado, los extrañaba bastante. El año que viene cuando estemos en la secundaria no vamos a entender nada, por eso vengo”, dijo en la vereda, después de ser dejado por su padre en una moto. Elocuente testimonio de su alegría mostraban sus ojitos, asomando arriba del barbijo. Con los primeros rayos del sol fueron apareciendo sus compañeros, que tras los saludos de coditos se fueron ubicando en la puerta, distanciados, sin que nadie les indicara nada, aprobando la primera lección con un 10.

 

Un policía le tomó a Francisco la temperatura antes de dejarlo entrar, le registraron los datos en una planilla y le entregaron un kit con elementos de seguridad personal, para seguir adelante hacia el patio. Ya paradito allí, dijo que no se sentía nervioso: “me estuve cuidando durante la cuarentena para volver”, remarcó.

Mientras tanto, Belén que es la mamá de María Pía, llegaba en su auto particular a dejarla. “Ella estuvo cumpliendo con sus tareas pero se quedó con dudas, viene a ver cómo funciona creo mucho en el cuidado de cada uno”. Contó que la nena vino recontra preparada desde casa, con muchas recomendaciones. “Quieren volver porque extrañan pero le dije hija ‘¡por favor, conversen pero con distancia!’”. Y concluyó: “No tengo ningún miedo, porque el miedo paraliza, si tenemos cuidado y conciencia vamos a andar bien”.

“Estoy lista para volver. Y muy feliz por ver a mis compañeros de vuelta, lástima que no los veo a todos, estoy contenta y segura”, declaró María Pía. Ya en la fila para entrar a la escuela contó que su tapabocas blanco con letras es en honor a una serie de Netflix. Los chicos empezaron a llegar con un desfile de barbijos, de Boca, con animal print, con mandalas, con una frase religiosa como el que eligió una nena que dijo que se sentía protegida en la fe de Cristo.

Solitos se ubicaron alejados incluso, sin directivas, mostrando que ya traen incorporado el protocolo sanitario con semanas y semanas de aprehenderlo de la tele, de revivir de a poco las actividades que están casi a pleno en el San Juan sin virus circulante.

“Creo que la escuela les hace falta. Sabemos que el protocolo se va a respetar, son chicos grandes y entienden la situación. Vengo sin temores”, declaró otra de las mamás al dejar a su hijo en el aula. No los dejaron pasar pero contemplaron paso a paso el retorno de sus hijos, hasta que salió la directora y les agradeció por llevarlos a las clases presenciales que son voluntarias.

En el interior de la escuela, ya famosa porque ahí va a votar cada vez que hay turno electoral Sergio Uñac, casi como un juego se empezaron a formar en el diseño que se dispuso, en las baldosas correctamente señaladas, cumpliendo el distanciamiento obligatorio.

 Se empezaron a mirar de costado, a explorar qué trae el kit que les dieron desde Gobierno. Con risitas escondidas detrás de las telas dijeron estar contentos de verse las caritas. Con curiosidad se empezaron a hablar con voz alta, para hacerse escuchar detrás del tapabocas y a varios metros de distancia. Las docentes los reubicaron al lado del mástil para poder hacer la formación de saludo a la bandera.

La imagen de este puñado de niños al inicio de la jornada, en esta nueva normalidad con grados con apenas 15 alumnos contrasta con la de los patios llenos de épocas de no pandemia.

Sin miedos

Los guardapolvos no fueron los únicos en volver. También los uniformes regresaron. A la vuelta de la Antonino Aberastain, los chicos del Colegio Santa Bárbara, de gestión privada, arrancaron un poco más temprano. Era de noche todavía cuando llegó Martina, que vive a pocos kilómetros de esa escuela.

“Quería ver a mis compañeros y empezar la escuela”, dijo. Ella sabe de cuidarse. Nació seismesina y sufre complicaciones respiratorias, por eso durante toda la pandemia sus papás y ella tomaron muchos recaudos porque cualquier enfermedad que afecte los pulmones puede ser fatal. Sin embargo, se mostró de las más entusiastas por volver.  “Estoy más o menos asustada pero estoy tranquila”, dijo mientras contaba que su mamá le compró un barbijo especialmente para retomar las clases.

Ahí cerca, la mamá de otra alumna contó que “me parece muy importante que vuelvan al colegio, San Juan está en una situación epidemiológica buena. Tenemos que aprovechar eso, ellos están en sexto grado me parece re importante que vuelvan porque el año que viene van a estar en primer año, que será un cambio, por eso yo estoy feliz de que podamos volver al colegio”.

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