San Martín se juega mucho este domingo. Otra vez pone la historia sobre la mesa y está a 90 minutos de volver a Primera. El hincha sabe de sufrimientos y de milagros, es por eso que no le tiembla la fe por este equipo de Raúl Antuña que contagia y está listo para hacerle frente al conjunto mendocino de Medrán. Entre tantas camisetas verdinegras se esconden muchas historias y la de Diego es una de ellas: quien es el pibe de Santa Lucía que usa prótesis y abandonó a sus amigos para venirse caminando al Gigante de Alberdi.
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"Soy pintor y cuando me enteré que San Martín jugaba acá no lo dudé. No podía faltar", dijo Diego, el hincha que apenas vio a Tiempo de San Juan comenzó a agitar sus brazos y cantar una canción de la hinchada.
"San Martín es mi vida, lo sigo desde pendejo, es todo". "San Martín es mi vida, lo sigo desde pendejo, es todo".
El santaluceño lleno de tatuajes verdinegros y la sigla "SM" (San Martín) en el degradé, tiene una firma reciente y fresca en su brazo: la de Matías Borgogno.
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La mayoría de los hinchas salían esta noche desde San Juan a Córdoba, pero hubo otros que se adelantaron y ya coparon las inmediaciones del Alberdi. Diego fue uno de ellos, que armó la mochila y se vino directo a vivir la fiesta de la final.
"Fui a Mendoza, hice trasbordo porque el pasaje con discapacidad me salía más barato y me vine, fueron casi 9 horas sentado. Cuando llegué a la Terminal (Córdoba) me vine caminando al Alberdi", aseguró Diego, el hincha de Santa Lucía que con una prótesis hizo más de 6 kilómetros para sentir el aroma a final en las afueras del Gigante.