En Barreal desde hace décadas se lleva a cabo la Fiesta de la Primavera y la Juventud que interpela a toda la comunidad. Un clásico es la elección de la embajadora o embajador. Josefina Jaimes tuvo el honor de portar la banda de Embajadora durante el 2023, algo que no se había imaginado ni en sus sueños más locos.
El fin de semana pasado fueron sus últimos momentos como embajadora. Con una sonrisa tatuada en el rostro y la emoción en la mirada admitió que soltar la banda que portó durante todo un año no era fácil. “Como que no quiero”, comenta entre risas.
Josefina es alumna del Colegio Jesús de la Buena Esperanza, la institución organizadora de la fiesta, y cuando se presentó como candidata cursaba sexto año, le restaba uno para terminar ese ciclo. Recuerda que su cuñada, un año más chica y alumna de la misma escuela le comentó en una oportunidad que les estaba costando encontrar candidata o candidato. “Le dije a mi cuñada ´querés que me presenté yo´, pero fue de chiste. El tema es que me presenté, pero jamás pensé que iba a ganar”, asegura la joven.
La experiencia la describe como única. Representaba a Quinto B de la orientación gastronomía y vivió cada noche como si estuviera dentro de un sueño. El Desfile de Carruajes, la Noche de Gala, encontrar las palabras justas al presentarse ante el jurado y mostrar su enorme sonrisa que no paraba de crecer a medida que iba pasando la fiesta fueron parte de ese viaje que culminó cuando fue elegida Embajadora de la Primavera y la Juventud 2023.
“Lo viví con mucha emoción. Es muy lindo ser embajadora porque fueron varis experiencias. Estrené vestidos nuevos, fui a distintas fiestas y me gustó porque sé que en el futuro me sirve”, comentó Josefina.
Dejar atrás el rol de embajadora no fue fácil, pero sin duda fue en una edición muy especial para ella. No solo debía entregar la banda, sino que se trataba de la última fiesta que compartía con sus compañeros porque este año se egresan. Al respecto, comentó: “Es muy emocionante porque es la última fiesta con mis compañeros. Se jubilaron profesores que hemos tenido desde que comenzamos la secundaria, y ese sentimiento de tristeza se mezcla también”.
Su futuro lo tiene decidido: se quedará en el Barreal de sus amores y el año que viene ingresará al Instituto Superior de Formación docente “San Buenaventura”, un espacio que se centra en la formación de docentes en el pueblo para el nivel inicial, primario, secundario y terciario. Además, no descarta poder compartir cada vez que pueda las bondades y riquezas del pueblo que le dio la oportunidad de vivir una experiencia única, ser embajadora de los jóvenes.