Y en la evolución natural de la vida y de la compañía, los hijos y sucesores toman responsabilidades, la compañía también crece y se profesionaliza y comenzamos a mirar con preocupación a la primera generación.
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SUSCRIBITEY en la evolución natural de la vida y de la compañía, los hijos y sucesores toman responsabilidades, la compañía también crece y se profesionaliza y comenzamos a mirar con preocupación a la primera generación.
Esto sucedió siempre. Y así también es poco comentada y poco asumida la tremenda estadística: sólo poco más del 10% de las empresas familiares que hoy existen sobreviven al ingreso activo de la tercera generación. Los nietos piensan, actúan y hasta quieren de un modo distinto.
A la par, grandes empresas, familiares originalmente, sobrevivieron y también hoy son imperios indiscutidos, baste con nombrar a Fiat.
Otro condimento propio de esta nueva Era es que con tantos cambios que ni podemos imaginar los que van a venir, acelera el paso del tiempo. Rápidamente se llega a ese dilema.
Los que antes eran viejos a los 60 y se jubilaban, hoy pueden y deben pensar en todo un período por venir. Es muy normal que estén en actividad varias décadas después. El que sean activos en la misma organización o en otras áreas de la vida o de la economía depende del cómo ha evolucionado cada uno y cómo se desarrolló la organización. Hay ejemplos para todo. Pero todos también necesitamos un aporte para saber –en este caso- cómo los empresarios que van a quedar en la Empresa son responsables de prever el futuro feliz de aquella primera generación.
Encontrar un elemento único que atienda este tema y que sea aplicable a todos los casos es imposible. Cada uno es una variante distinta. Pero sí existe el modo de preverlo: Nuestros mayores deberían tener la misma consideración que esperamos tener nosotros cuando lleguemos a similar momento.
No será bueno que exijan a un mayor que piense como un millennial o como un miembro de la generación Z o post-millennial que hoy ya está cumpliendo 20 años de edad. Tampoco que permanezca si entorpece o frena el pensamiento de quien pertenece a la nueva generación.
Pero sí que deberá ser tenido en cuenta. Y podemos para eso mirar espejos de otras comunidades que en general respetan y admiran más que nosotros a sus mayores. Japón, por ejemplo, prevé en algunas industrias la instalación adecuada para que se ubique y controle “el hombre de la ventana”. Como en imagen aérea visualiza la línea y advierte a los ejecutivos actuales las diferencias o modificaciones que le surgen. Sigue en la organización.
Otros han canalizado por sí mismos la ocupación posterior y la abrazan con pasión, sin que sea necesariamente la repetición eterna de lo que hacían en momentos de ocio en su vida laboral. El concepto de jubilación cambia. Las franjas de edades también. Las necesidades de redireccionar la compañía lo piden. En realidad es llegada la hora del necesario REINVENTARSE para el fundador o para los más antiguos. Esta vez como lógica de una evolución etaria imparable.
Y en todas estas circunstancias será primordial el afecto con que lo encaren quienes siguen legítimamente en la organización. Un modo posible es pensar por un momento cómo nos gustará ser tratados nosotros mismos cuando sea oportuno dar ese paso y también eso sea lo más adecuado para la Empresa. Si lo hacemos con sinceridad, es probable que no nos equivoquemos.
El querer mucho hoy a quienes nos antecedieron en la Compañía es tarea no sólo para con el fundador, sino para con muchos de los que entregaron lo suyo por la organización. Y el afecto que nosotros mismos nos tengamos será la mejor guía. Ese momento nos va a llegar a todos y hoy podemos ya sentir valores que son inalterables: la contención, el afecto, el reconocimiento y el agradecimiento no se han alterado como emoción en mucho tiempo. Se expresan distinto pero se sienten igual. Es posible entonces conocerlo hoy, brindarlo y al hacerlo por quienes nos precedieron en la Empresa estar también haciendo algo por nuestro futuro. Quizás con modos distintos, pero esos mismos valores nos serán aplicados a nosotros y si los hemos tenido en cuenta, podemos entonces avanzar confiados hasta esa línea. También al llegar ahí podremos ser felices. Estamos haciendo hoy por nuestro futuro.
CARLOS GIL COACH, La Granja, Sierras Chicas de Córdoba, Argentina, 23 de mayo de 2019.
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