Ellago artificial del Parque de Mayo ha sido, desde comienzos del siglo XX, una pieza central del tradicional paseo de la Ciudad de San Juan. Su estructura actual data de una importante intervención realizada entre 1946 y 1965, cuando fue ampliado y se le dio forma al pequeño montículo que lo acompaña, utilizando la tierra extraída durante la excavación. En esa misma etapa, se construyó una perforación para abastecerlo con agua subterránea.
Actualmente, este cuerpo de agua contiene unos 20 millones de litros y forma un ecosistema habitado por peces, aves acuáticas y otras especies. En el centro se encuentra una isla de acceso restringido, que funciona como refugio natural para los animales que viven allí.
El lago requiere un mantenimiento diario. Dispone de un sistema de llenado mediante perforación, y otro de recirculación que opera durante la tarde y la noche para evitar la acumulación de olores. Por las mañanas, parte del agua es utilizada para regar sectores del parque, especialmente las áreas próximas a la Facultad de Ingeniería.
El cuidado de la fauna también es prioritario: se alimenta regularmente a los patos, gansos y peces, y un bote a motor recorre la superficie del lago todos los días para retirar basura o ejemplares muertos.
En paralelo, el Gobierno de San Juan confirmó que se encuentra trabajando en un proyecto de recuperación y embellecimiento del espacio. “El lago está y los chicos lo disfrutan, pero necesita intervención, iluminación y mejoras. Cuando tengamos listo el diseño, lo vamos a presentar y empezar a ejecutarlo. La idea es ponerlo en valor”, señalaron desde el Ejecutivo.
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