Después de cuatro décadas sin modificaciones, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) publicó una actualización crítica: un nuevo mapa que muestra con precisión las zonas del país con mayor peligrosidad sísmica. Esta herramienta, construida a lo largo de siete años de trabajo técnico y científico, se volvió clave para entender cómo se distribuye el riesgo en la Argentina.
El relevamiento clasifica al país en cinco niveles de amenaza, del 0 (muy bajo) al 4 (muy alto), y coloca a dos provincias en el foco máximo de atención: Mendoza y San Juan. En el norte mendocino y el sur sanjuanino, el mapa marca rojo intenso. Son las áreas donde la tierra tiembla con más frecuencia y potencia, debido a la interacción de placas tectónicas bajo la cordillera andina.
Un país que tiembla más de lo que parece
Aunque los sismos más recordados por la población suelen ser los más destructivos o recientes, la actividad sísmica en Argentina es constante y abarca una extensa franja del territorio. El nuevo mapa confirma que las regiones más afectadas coinciden con el corredor andino, desde Jujuy hasta Neuquén, pasando por San Juan, Mendoza, La Rioja y parte de San Luis y Córdoba.
En este contexto, el estudio del suelo no es una tarea académica o secundaria. Es una necesidad urgente. Cada movimiento telúrico que sorprende a una comunidad sin preparación es una oportunidad perdida de haber evitado daños mayores.
La actualización del Inpres no solo ofrece un diagnóstico más claro. También es un llamado de atención. Construir con responsabilidad, legislar con visión y educar sobre el riesgo son pasos fundamentales para convivir con una realidad que, aunque silenciosa, puede cambiarlo todo en cuestión de segundos.
Fuente: Mdzol