El dólar minorista volvió a subir este viernes y cerró la semana con una nueva marca desde la unificación del mercado cambiario en abril. La divisa avanzó $15 y se vendió a $1.260 en los bancos, con lo cual acumuló una suba semanal de $55 y escaló un 3,7% en los primeros días de julio. Así, superó ampliamente el ritmo de la inflación estimada para este mes y alcanzó un incremento acumulado del 20% en lo que va del año.
El repunte se dio luego de una jornada de respiro el jueves y estuvo impulsado por una mayor demanda de divisas, alentada tanto por el cobro del aguinaldo como por el desarme de posiciones en pesos por parte de los inversores. Muchos de ellos habían apostado al carry trade, que implica apostar por las tasas locales en pesos mientras el dólar se mantiene estable, pero ahora están saliendo de esas colocaciones ante las dudas sobre lo que ocurrirá cuando se termine la liquidación del agro.
La tensión cambiaria se potenció esta semana tras los dichos del ministro de Economía, Luis Caputo, quien el martes, durante un evento en la Universidad Austral, lanzó una frase contra los analistas que insisten en que el dólar se encuentra rezagado: “Si te parece que está barato, comprá, campeón”, retó a ese sector. El comentario no pasó inadvertido en el mercado y fue interpretado por muchos como un reconocimiento indirecto de que el tipo de cambio podría corregirse.
Las cotizaciones
Mientras el oficial se disparaba, los dólares financieros también acompañaban la tendencia. El MEP subió 0,7% en la jornada y cerró en $1.246, mientras que el contado con liquidación (CCL) alcanzó los $1.249. Ambos quedaron apenas por debajo del dólar minorista, una dinámica inusual que da cuenta del nivel de presión sobre el mercado. En cambio, el dólar blue se mantuvo sin cambios en $1.225.
En paralelo, el sector agroexportador sigue aportando divisas, aunque con fecha de vencimiento. Durante los primeros tres días hábiles de julio, las liquidaciones del campo superaron los US$ 1.000 millones. El apuro respondió al cambio en las retenciones que entró en vigencia el 1° de julio: la soja pasó del 26% al 33% y el maíz y el sorgo del 9% al 12,5%. Para evitar la nueva carga impositiva, muchas empresas adelantaron sus Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) y concretaron ventas con las alícuotas anteriores.
Pese a este fuerte ingreso de divisas, la presión sobre el dólar no afloja. En el mercado ya descuentan que el flujo se agotará en las próximas semanas, lo que obligará al equipo económico a sostener el tipo de cambio con menor disponibilidad. A eso se suma un factor político porque se avecinan las elecciones. En ese contexto clave en el horizonte, se espera que crezca la demanda de moneda dura por parte de ahorristas que buscan cobertura ante la incertidumbre.
De este modo, el dólar oficial cerró la primera semana de julio con un avance que lo posiciona nuevamente por encima de la inflación, al menos en el corto plazo. El mercado entonces empieza a reflejar una nueva expectativa que tiene que ver con que el tipo de cambio ya no será el ancla de precios que fue durante los primeros meses del año.