La salida de Martín Guzmán del gobierno es uno de los temas más meneados de los últimos meses en la política nacional.
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SUSCRIBITELa salida de Martín Guzmán del gobierno es uno de los temas más meneados de los últimos meses en la política nacional.
El insidiosamente llamado “ministro de la Deuda” por sectores del kirchnerismo, es recriminado por estar ajeno con los problemas de la microeconomía y es blanco de críticas de adentro y de afuera de la coalición gobernante.
Su negociación por la refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, y el enfrentamiento, por ejemplo, con Roberto Feletti en cuanto a qué se debe hacer para frenar la inflación, le terminaron de granjear la tirria de los sectores del Frente de Todos más cercanos a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Las versiones de la ida del ministro volvieron a rodar y aparecieron viejos nombres propuestos para el cargo. Uno es Emmanuel Álvarez Agis, el ex número dos de Axel Kicillof en Hacienda durante la gestión de CFK. Pero el ahora consultor no abandonaría el metié en el que ha ganado un buen prestigio y, dicen, una buena fortuna.
Martín Redrado, Todesca Boco, Sergio Massa con un súper ministerio, o la delirante idea de un Axel Kicillof abandonando la provincia de Buenos Aires para integrar el gabinete son teorías que están replicándose en los medios de comunicación con acceso a buenas fuentes gubernamentales, y ya picó en redes sociales.
Pero la información que ganó en importancia en las últimas horas tiene que ver con el llamado que le habría hecho Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, a un viejo conocido, el economista Roberto Lavagna.
Los Lavagna tiene un pie bien metido en la administración nacional, con su hijo Marcos a cargo del INDEC. Lavagna y Alberto compartieron también gabinete con Néstor Kirchner, y ambos fueron opositores fieros del gobierno de Cristina Kirchner.
Lavagna, de quien sostienen los que lo conocen que tiene una alta imagen de sí mismo, no dijo ni sí, ni no. Pero dirigentes cercanos a él aseguran que no cerró ninguna puerta. Claro que para que el economista preferido del “empresariado nacional” que nuclea la UIA acepte el convite será necesario que Alberto Fernández le dé “todas las herramientas necesarias” para trabajar sobre la complicada situación de la economía argentina.
Además, aseguran que consultó si Sergio Massa estaba al tanto de la propuesta y si se manifestaba a favor. Massa intentó vanamente armar un frente político con el lavagnismo en 2019, pero entre las indesiciones de Lavagna, y el movimiento de ajedrez de CFK "juntando las cabeza peronistas y filoperonistas", todo quedó en la nada.
De aceptar, con las condiciones exigidas, Roberto Lavagna se quedaría con una buena porción de poder que el electorado le negó sucesivamente en las elecciones presidenciales de 2007 (17.8%), y 2019 (6.1%).
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