El juicio contra Garder Salud, la prestadora de la Obra Social Provincia acusada de estafa, sigue su curso y en la última audiencia quien rompió el silencio fue una de las imputadas, María Florencia Molina, la hija de la propietaria de la empresa bajo la lupa. La joven de 28 años, que está sospechada de perpetrar maniobras para facturarle al Estado prestaciones y servicios fantasmas, aseguró que desconocía cómo la firma funcionaba y reconoció que firmó documentos porque confiaba en su madre, Marilina De la Fuente.
En ese marco, la chica que estalló en llanto mientras declaraba frente al juez Matías Parrón confesó estar desilusionada con su madre porque nunca la desligó de las sospechas, cuando tenía en claro que su participación en la empresa había sido superficial. Su defensor y padre, Diego Molina Meglioli, al principio del debate manifestó que el error de su defendida había sido confiar en su progenitora.
Palabras más, palabras menos, la imputada indicó que esperó hasta último momento una mejor actitud de parte de su madre. Sin embargo, esa acción de desvincularla de todo no llegó. Por el contrario, se registraron fricciones entre madre e hija, al punto que la chica llegó a decir que la mujer la amenazaba. Frente a las posibles presiones, el magistrado cortó por lo sano y dictaminó separar a De la Fuente del resto, por lo que la continuidad del proceso le presencia desde una sala contigua en Tribunales.
Fuentes allegadas comentaron que la imputada se mostró visiblemente afectada cuando habló, mientras que su madre ni se inmutó. Desde su entorno dejaron entrever que, pese a las diferencias entre madre e hija, Molina no apuntó de forma directa contra la mujer. Tampoco -y hasta el momento- no la denunció por las amenazas, a pesar de que tendría suficientes pruebas para demostrar tal acción. "La ha protegido, no la ha querido denunciar", añadieron.
Su defensa se centró en que, si bien formó parte de la documentación de la sociedad y figuraba con un cargo, nunca lo ejerció puesto que todo estaba a cargo de su madre. En líneas generales sostuvo que, si actuó, lo hizo de manera culposa y sin conocer las supuestas maniobras delictivas. "Este tipo de delitos exige que quien participa este tenga la intención, conciencia y voluntad de lo que está haciendo", expresó el defensor que negó los cargos contra su hija.
A su vez, agregó: "Para poder llevar un acto fraudulento de este tipo, tiene que ser una persona que tiene mucha preparación y mucho conocimiento. María Florencia era una persona que ha intervenido recién recibida (de abogada) y habrá estado dos o tres meses y en ese tiempo no puede adquirir la capacidad necesaria para realizar los actos que se están investigando".
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Separada. Así permanece Marilina De la Fuente durante las audiencias del juicio
Desde el inicio de la causa, la joven imputada se mostró con vergüenza y, frente a cada foto de la prensa, solía cubrirse el rostro. Diferente fue la actitud de la mujer señalada como "mala madre", quien se la vio desafiante cada vez que las cámaras apuntaban hacia ella. En una audiencia mantuvo un cruce con un periodista y hasta se la observó sonriente, de la misma forma en que alguna vez lo hizo otro célebre personaje de Tribunales, Jorge Luis Gil.
Se estima que los alegatos se lleven adelante el próximo martes y que la semana que viene se conozca la sentencia, ya sea condenatoria o absolutoria para los cuatro imputados, es decir, madre e hija y los médicos Eduardo Guzmán y María Noel Becerra. El fiscal Iván Grassi anticipó que su pretensión punitiva es de 3 años de prisión condicional para los tres primeros y 2 años en suspenso para la última, mientras que los abogados de la Fiscalía de Estado adelantaron que buscan castigos de prisión efectiva para todos, dada la gravedad de las defraudaciones bajo la lupa.