De paso lento y seguro, con el poncho sobre los hombros para frenar el frío y con la mirada firme hacia adelante. Así se lo ve a Roberto Pereyra caminando de un extremo a otro de la parte posterior del escenario que se encuentra en el predio de la agrupación Centro Arte Nativo de Albardón, la más antigua de San Juan. Con el pecho inflado de orgullo cuenta a Tiempo de San Juan que lleva más de una década siendo presidente, pero no es el primero de la familia en ocupar ese lugar, y espera no ser el último.
Con 77 “pirulos”, como él cuenta, recuerda cómo fue que dejó las rutas y los camiones para dedicarse a los caballos y las tradiciones gauchas. “Era camionero, andaba por ahí. Me enteré que el terreno se quemaba por un remate y me interesó salvarlo. Cuando me llamaron para decirme que se remataba, no lo podía creer. Me junté con dos amigos más, peleamos el remate y acá estamos”, cuenta satisfecho y convencido de haber tomado la decisión correcta.
Su dedicación y compromiso está fuertemente vinculado a su familia. “Desde la cuna”, como cuenta Roberto, quien además detalla que toda su familia está vinculada hoy a la agrupación en distintas tareas con el propósito de continuar manteniendo vivo el legado. “Uno solo no puede hacer nada, eso se cae de maduro. Hoy todavía estamos y eso me encanta. Soy la guía de ellos y no les puedo fallar”, acota.
Así, todas las enseñanzas que le dejó su padre en la actualidad Roberto las mantiene con vida y las comparte con sus herederos. El amor no solo por la agrupación sino también por las costumbres gauchas las mamó desde pequeño, y si bien durante algunos años se dedicó a recorrer las rutas argentinas, en la actualidad su vida está ligada a los caballos, las tradiciones, las destrezas y el entorno amistoso que ofrecen las agrupaciones, donde lo reconocen no solo por su edad y conocimiento, sino por ser uno de los que le devolvió la vitalidad a la agrupación más antigua de la provincia, lo cual no es un dato menor.