“Reconozco que soy combativa, a veces me supera. Algunos dicen que tiene que ver con mi signo, que es sagitario. Pero soy una convencida de que las cosas hay que decirlas cuando uno las piensa”. Así se presenta y define Ana María López, una de las mujeres más resonantes de la política reciente de San Juan. Nacida prácticamente en el corazón de Rivadavia, en una finca donde su padre recibía a un centenar de personas en su rotisería y heladería, siempre supo que su vocación era la docencia y el constante diálogo con la gente. Así pasó de una aula a ocupar las calles, encabezando la lucha docente de los años '90. Después llegó el sillón grande de su departamento: la intendencia.
“Creo que las cosas hay que pelearlas, hay que generar espacios para que se puedan dar esas posibilidades”, reconoce la protagonista, en una charla a fondo con el periodista Sebastián Saharrea (Paren las Rotativas). Algo de ese espíritu combativo, heredado de sus padres, tuvo que ver en su incursión como dirigente sindical y funcionaria.
Ana María López (primera parte)
“A veces la vida a uno lo lleva a que las cosas no te vienen de arriba y hay que conseguirlas, hay que lograrlas. No te digo que fue logrado por grandes sacrificios, pero sí por mucho esfuerzo. Mi padre falleció muy joven, a los 35 años, cuando mi madre estaba embarazada de mi hermana Graciela. Y había que salir adelante. Mi mamá muy fuerte y mi papá, un ejemplo de lucha”, asegura López de Herrera.
Ana María creció en su casa materna, donde reside hasta el día de hoy. En su infancia, esa finca de Avenida Libertador era mucho más que un hogar de familia. Allí tenían una rotisería y una heladería que se llamaba “Punta de Rieles”. Todo prácticamente se desmoronó cuando falleció su padre. Ella tenía 8 años. Su madre, que estaba embarazada, vendió la maquinaria y apostó todo a un almacén. Era un negocio conocido y Ana María, a quien llamaban “la Anita”, era la encargada de salir en triciclo a levantar pedidos hasta Marquesado.
“Mis padres fueron un ejemplo de vida, de trabajo y de lucha”. “Mis padres fueron un ejemplo de vida, de trabajo y de lucha”.
Del almacén pasó a las aulas. “Mi madre me preguntaba qué quería ser de grande y yo le respondía que señorita”, confiesa Ana María, quien arrancó como docente en la Escuela Blas Parera de Chimbas, donde abrió una biblioteca, creó un ropero comunitario y enseñó a tejer, oficio que aprendió de su madre, a las madres de los alumnos. Al mismo tiempo empezó a militar en la política. Peronista de alma, cuenta que en su casa siempre estuvo “el libro grande de Perón”.
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En UDAP hizo sus primeras apariciones a fines de la década del '80, cuando la cabecilla de la lucha docente era Blanca Ocampo. En ese tiempo, la dirigente ocupaba un lugar en la secretaría de prensa, puesto que realmente le encantaba. En la siguiente elección el presidente fue Oscar Ontiveros y ya en la tercera, impulsada por sus compañeros, tomó el mando del gremio más grande de San Juan y atravesó una de las crisis sociales más importantes del San Juan reciente.
“Estuvimos cuatro meses sin cobrar. Nosotros firmamos e impulsamos la destitución de Avelín. Me lamentaba por él, porque como persona era querible. Pero de ahí a la necesidad que teníamos nosotros… No tuvo gente a su lado que lo levantara y apoyara. En ese tiempo dejé de fumar”, apunta.
Ya con Néstor Kirchner se despidió de UDAP tras 22 años. “Se resuelve el problema salarial… nos dan el ámbito paritario, se deroga la Ley de Educación y se empieza a trabajar con la nueva Ley Provincial. Entonces dije basta, que venga la renovación y me dedico a lo que mí me gusta, que es la política”, asegura.
Ana María López (segunda parte)
En 2011, la ex titular de UDAP se convirtió en la nueva jefa comunal del departamento Rivadavia, ese que la vio nacer y crecer. Allí estuvo cuatro años, con “errores como en toda gestión”. “Me torturaron por los reductores de velocidad. El tiempo que te va marcando después la verdad. Son los juegos de la política. No quedan remordimientos. Soy una convencida las cosas se ponen en su lugar y salen a la luz. Hoy camino tranquila por la calle. Seguimos trabajando y ayudando a la gente”.Mirá la nota completa: