Hace un mes, uno de los lugartenientes del mandatario, Fabián Aballay, dejó constancia verbal de este supuesto lógico: “sería bueno que los ministros sean candidatos”, reflexionó en voz alta en Paren las Rotativas (martes a las 21 en Canal 13 San Juan) sobre la cita de ¿abril-mayo?: si es que es cierto que el gobierno se juega todo a la validación de la gestión, resultaría razonable que pongan el cuerpo las caras más visibles del proceso.
Si se descompusiera la grilla ministerial actual compuesta por 14 ministros/secretarios de Estado y un secretario privado de gravitación equivalente (o mayor, en muchos casos), el mapa devuelve que sólo dos han dado un paso definitivo, sin vuelta atrás, categorizados con la S se seguros.
La siguiente categoría en orden de probabilidad descendiente es la de Muy Probables, rotulados para esta nota como MP, casillero donde operan otros 3 ministros. El siguiente hacia abajo es Tal Vez (TV), categoría que comparten otros 5 ministros, mientras que en el último peldaño De Ninguna Manera (DNM) reportan los cinco restantes. Por motivos que se evaluarán.
Probablemente, la ausencia de un caudal de ministros definidos como candidatos a tan poca distancia de las elecciones opere por decisiones estratégicas del DT, el gobernador Sergio Uñac. Quien, como en todo juego de nervios, prefiere guardar las piezas para no dar ventajas al rival, como lo haría cualquier estratega. Sin volar mucho, aprovechando el efecto mundial, los técnicos de los equipos no muestran la formación hasta el borde del plazo permitido.
Otra razón es que muchos de ellos dependen del casillero que ocupe el jefe: si Uñac es o no candidato a la reelección. Casi todas las fichas ocupan el casillero del sí, pero ese estrecho margen al imprevisto (que decida que no, o no lo habilite la justicia) hace que muchos ocupen lugar en ese banco de suplentes.
Que tampoco sería excluyente: como ya se escribió en estas líneas, no es de manual que un eventual espacio como el de postulante a gobernador ante esa hipótesis sea ocupado por algún ministro de confianza de Uñac. Puede ocurrir que ese índice señale a algún intendente taquillero.
Volviendo, los dos que ya tienen una S gigante son dos postulantes a pelear por la intendencia de dos municipios muy gravitantes en la general por su peso cuantitativo en la suma provincial: Francisco Guevara, el secretario de Medio Ambiente, peleará en terreno rival por el Ejecutivo de Rivadavia; mientras que Carlos Munizaga lo hará por el de Rawson.
Ambas, misiones de alta dificultad. El primero, porque confrontará con uno de los bastiones de Juntos por el Cambio, aunque perciben la puerta entreabierta en que el intendente Fabián Martín no puede seguir y su sucesión no es sencilla, más la posibilidad de armar una oferta variada con el uso de los lemas.
El segundo, porque deberá poner el cuerpo en territorio ultraperonista, plagado de dificultades, donde tal vez se definan las aspiraciones provinciales porque es el departamento más numeroso de San Juan. Además de ese desafío estratégico está el componente político que agrega más ansiedad: hoy el peronismo defiende una gestión difícil de defender (incluso el intendente compartirá grilla por su reelección), más todos los fantasmas del giojismo. Cartón lleno.
Un peldaño más abajo, en categoría de muy probable (MP) figuran otros tres ministros: Fabio Aballay, Alberto Hensel y Marita Benavente. Los dos primeros, por motivos similares están y no pueden aún develar el juego: Fabio y Alberto son candidatos naturales a reverdecer laureles departamentales, pero no descuidan el juego provincial como pieza de recambio provincial.
El ministro de Desarrollo Social es una fija para retornar a Pocito, donde fue intendente dos veces y conserva una fuerte identificación. En Pocito, la actual gestión aparece algo desgastada: pese a no perder la delantera, es un departamento que mutó demasiado con las recientes migraciones y al peronismo se le está haciendo difícil conservar la impronta de los Uñac (Coco y Sergio). Además, el crecimiento de Pocito la ubica aún más gravitante a nivel cuantitativo que la mismísima Santa Lucía.
A Hensel lo tienta Sarmiento, donde también fue intendente dos veces. Allí, el intendente Martín no puede repetir, aunque su floja gestión tampoco es garantía de nada. Pretende colocar como sucesor a uno de su equipo, que no es justamente del paladar de Hensel. Por lo tanto, mesa servida para el operativo retorno.
A Marita, en cambio, la impulsa su condición de pieza única. No por su condición de género sino política: es la única que conjuga tiempos verbales políticos diferentes a los del grueso del gabinete. Identificada con el kirchnerismo al principio, o el progresismo después, puede ser pieza valiosa a nivel electoral en el juego de los lemas para atraer a un público que hoy no se siente seducido por el mainstream. A nivel provincial o departamental (Rivadavia o ¿Capital?).
Se salta luego a los Tal vez (TV). Que no han levantado la mano aún, pero no dejan de coquetear: en parte por interés, en parte para cumplir con la orden bajada de hacerse notar y estar a disposición si lo requiere la ocasión. Integran la lista Claudia Grynszpan, titular de un área de gran visibilidad como Turismo pero cero vocación electoral, quien fue nombrada como pieza eventual en Rivadavia.
También Jorge Coqui Chica, sobre quien operan las mismas variables que con Claudia: un área marcada por los reflectores de la gestión Uñac como Deportes, poca acción electoral en superficie. Aunque en su caso, disponible en el banco de herramientas como soldado de la causa, según sus propias palabras. Se lo mencionó en Santa Lucía, terreno pantanoso.
Alejandra Venerando y Marisa López también nutren esa categoría. Jamás se les escuchó una mención en público, pero la titular de Salud patrulla con sus colaboradoras las juntas departamentales; y la de Economía preserva mucho su perfil pero no deja de sonar como eventual compañera de fórmula de Sergio Uñac. La gran Gattoni.
El último de ese grupo es Luis Rueda, el secretario privado que es el único que no es ministro pero funge como tal en el gabinete del gobernador. Presidente del Bloquismo además, sonó como candidato al máximo cargo pero sería imposible confrontar con su jefe o con cualquiera del equipo. Tampoco surge conveniente como estrategia de la estrella, se verá en próximos análisis de esta columna. No habría que descartarlo del todo para otros roles electorales.
Finalmente, el resto del plantel reporta en categoría De ninguna manera por motivos diversos. Ariel Lucero (Producción), Carlos Astudillo (Minería) y Cecilia (Trincado) porque no disponen de perfiles políticos pese a que sus áreas pueden ser potencialmente explotables a nivel electoral. Juan Flores (Secretario General) es lugarteniente de bajo perfil, de visibilidad cero. Y Julio Ortiz Andino (Obras Publicas) se guarda en boxes para una eventual próxima gestión ejecutiva en el lugar donde está, donde es irreemplazable.
Completan el mapa los funcionarios fuera del rango ministerial que sí están zambullidos decididamente en el lodo electoral: Carlos Lorenzo, asesor legal que va por Capital; Pablo García Nieto (Defensor del Pueblo) y Mauricio Ibarra (asesor) lanzados en Rawson; Robert Garcés, a cargo de Vivienda, por volver a Calingasta; Gerardo Torrent, secretario de Hacienda, como opción en Pocito.
Faltan nombres, o sobran. Irá variando la grilla de una historia que recién comienza.