Cuando compras un calzado, recordá probártelo con el par de medias que consideras que vas usar con ellos.
Largo
Tu zapato debería ser de aproximadamente media pulgada más largo que tu pie, para así asegurarte de que tus pies tienen lugar para moverse y poder evitar cualquier fricción.
Ancho
El calzado debe sentirse cómodo en tu pie en el punto más ancho, para así prevenir roces. Así que asegurate de que no haya puntos de presión. Si no podés contonear tus pies, entonces los zapatos son muy ajustados.
Profundidad
La parte superior no debe presionar hacia abajo la parte superior de tu pie, especialmente en la punta. Este tipo de presión puede generar irritación en la piel, problemas en las uñas y calambres. La profundidad del calzado será la correcta si podés flexionar el pie.
Talones
El calzado debe adaptarse a tus pies con firmeza alrededor del talón, especialmente en los zapatos deportivos. Un talón inestable hace que tu pie se deslice, y esto puede provocar dolor e irritación.
Plantilla
Es importante elegir una plantilla o un calzado con una plantilla con forma anatómica capaz de respaldar a tu pie en los puntos de apoyo correctos. Los zapatos con plantillas removibles son muy prácticos, ya que se puede quitar la plantilla para colocar las que son ortopédicas o se pueden colocar plantillas más anchas para evitar el dolor de pies a lo largo del día.
Forro
El revestimiento del calzado debe ser suave y libre de arrugas o cualquier costura elevada. Esto ayudará a evitar cualquiera irritación o daño a tu piel.
Parte superior
Sea cual fuere el material de la parte superior, asegúrate que sea flexible y que no impida el movimiento de tus pies. También es importante considerar que tu pie debe poder respirar, para que no se recaliente y se produzcan olores.
Suela
El material de la suela debe ser liviano, duradero y tener una buena sujeción. Intenté elegir un calzado que le ofrezca protección a tus pies de las piedras u otros objetos del suelo que puedan terminar lastimándote.
Cierre
De ser posible, elige un calzado con cordones, tiras o hebillas, para que vos misma puedas ajustar el cierre y que éste se adapte a tus necesidades.
Tamaño
Nuestros pies se desarrollan por completo a los 18 años de edad, pero tu tamaño y forma pueden cambiar con la edad o con el embarazo. La forma del calzado y el ajuste también hacen a la diferencia.
Prueba y error
Siempre probate ambos zapatos: la mayoría de los pies de las personas varían apenas en tamaño, así que elegí la talla del pie más largo. Tu pie se ensancha cuando colocas todo tu peso corporal en él, así que ponte de pie. Siempre es bueno comprar zapatos por la tarde o por la noche, cuando tus pies están alargados después del estrés del día.
Un pequeño truco
Finalmente, asegurate de caminar en la tienda con el calzado puesto; inclusive el material más suave puede que no te brinde el confort necesario cuando te movés.
Implementá estos consejos y sentí la diferencia.
Fuente: Cosmo.com.ar