Se desató un escándalo dentro del mundo techie luego de que se supiera que la empresa española Zetta estuvo comercializando bajo su propia marca teléfonos Xiaomi.
El gran disparador de todo fue el Zetta Conquistador. Según varios usuarios denunciaron, y tal como se pudo ver en diferentes fotografías difundidas en las redes sociales, no era más que el Xiaomi Redmi 2, remarcado con el logo de Zetta.
A su vez, cambiaban el sistema operativo por una versión de CyanogenMod, aunque se podía ver información del fabricante al ingresar en los ajustes del teléfono.
El modelo Zetta Conquistador se vendía entre 185 y 275 euros, en tanto que el Xiaomi Redmi 2 está en torno a los 150 euros.
La compañía de la "bellota mordida" (de ahí que este conflicto ya fue bautizado como el bellotagate), originaria de la región de Extremadura, empezó a vender los smartphones chinos en 2014.
Y en apenas dos años abrió siete comercios con su nombre y establecieron más de 80 puntos de distribución, donde se vendían sus productos así como los de otras marcas.
En dos años se instalaron como verdaderos gurúes. En esta entrevista en un canal de televisión local se lo presentó como un verdadero innovador.
Zetta sacó un comunicado donde cuestiona las críticas recibidas y repudia las versiones "no contrastadas" que se publicaron en distintos medios de comunicación.
De acuerdo con la compañía, ellos sólo comparten "componentes electrónicos con algunas empresas del sector asiático" con el fin de trabajar "en la mejora, adaptación y usabilidad del smartphone para los clientes europeos".
"Zetta es una pequeña empresa, con apenas 7 trabajadores, que humildemente están trabajando intensamente para ofrecer la tecnología asiática y su uso en España y en Europa para su correcto funcionamiento", concluyeron.
Fuente: Infobae