“Desde el terremoto de San Juan de 1977 que no sentíamos algo así”, repiten con angustia los vecinos más antiguos de Campana y Pituil, en el departamento Famatina, donde este jueves se registró el sismo más fuerte en décadas en la región. El temblor ocurrió a las 13.04, con una magnitud de 5,9 en la escala de Richter, y dejó grietas, revoques caídos y casas de adobe derrumbadas en su zona de epicentro.
La jornada había comenzado con temperaturas inusualmente altas para la época. Un cielo despejado y un aire pesado anticipaban lo que muchos describieron como “un día raro”. Fue en ese contexto que, en cuestión de segundos, los 2.200 habitantes de la zona vivieron una escena que difícilmente olvidarán: un estruendo seco, una sensación de explosión y el movimiento violento del suelo que hizo salir corriendo a cientos de personas a patios y calles.
Rosa, una vecina de 85 años, fue contundente: “Nunca más, después de lo de San Juan, había tenido una sensación igual con un temblor”. Aquella referencia remite al sismo de 1977, que dejó más de 60 muertos y miles de viviendas destruidas en San Juan, y cuya memoria aún perdura entre quienes lo vivieron.
El epicentro del temblor del jueves fue ubicado a 117 kilómetros al noroeste de la ciudad de La Rioja, en el corazón del cordón montañoso del Famatina, según informó el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres). Fue el tercero de una secuencia que comenzó a las 12.47 y tuvo una réplica a las 12.54, pero este último fue el más fuerte y el que generó mayores daños.
Daniel Olivera, habitante de Campana, registró uno de los primeros videos del cerro cubierto de polvo tras los desmoronamientos: “Estábamos afuera cocinando un cordero y escuchamos una explosión. Cuando miramos hacia la montaña, vimos cómo se derrumbaba. Jamás vi algo así en esta zona”.
La intendenta Adriana Olima, también residente en Campana, confirmó que no hubo víctimas, pero sí pánico generalizado. “Una mujer se desmayó del susto. El ruido fue impresionante, parecía que pasaba un camión gigante. En Santo Domingo, a pocos kilómetros, casas de adobe abandonadas o usadas como depósito sufrieron derrumbes totales. También hubo daños en iglesias antiguas”.
Defensa Civil señaló que no se registraron heridos, aunque se detectaron daños ambientales y estructurales. Varias rutas de la zona permanecen transitables, pero con precaución. El suministro eléctrico se vio afectado en algunos sectores por la caída de instalaciones.