En un rincón del centro de la pista, el venezolano y comisario internacional UCI, Rainer Nuhlen, es quien tiene a cargo el aparato de medición de las bicicletas conforme a las especificaciones UCI.
La medición se realiza todos los días, con todas las bicicletas, y previo a cada competencia. Lo que se hace es verificar que los rodados estén dentro de las medidas mínimas de acuerdo a la altura del corredor: se revisa la posición del asiento y extensión en su punto máximo hacia adelante según la categoría.
En el corazón del óvalo habitan prácticamente todas las selecciones, femeninas y masculinas. Cada equipo tiene su box, pero pueden moverse por cualquier lado: a este lugar sólo ingresan los deportistas, su entorno y la organización.
Al costado de las barandas hay decenas de rodillos. Es un instrumento que se usa no sólo para entrenar en casa, sino también previo a una competencia. Cuando se está por salir a fuego desde la entrada, los pedaleros lo utilizan para calentar las piernas.
El post carrera es recuperación pura. Aquí, el rostro de una ciclista estadounidense que denota cansacio.
Los mecánicos cumplen un rol clave en el centro de la pista. Están en acción antes, durante y después de cada competencia. Ellos no tienen descanso.
El sanjuanino Rubén Ramos, ajustando su casco previo a salir a la pista.
La cuarteta de Argentina, atenta a las indicaciones del entrenador Walter Pérez. En ese sector posan todos los ciclistas antes de salir a competir.
La estructura de color celeste colocada sobre el parquet es el lugar elegido por los deportistas para hacer los movimientos precompetitivos.
Una postal desde el centro de la pista, con los argentinos como protagonistas.
Unos auriculares y buena música para escapar de lo que ocurre a su alrededor.
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