La localidad de Villa Nueva, ubicada en el norte del departamento Calingasta, enfrenta una grave crisis de agua potable desde hace casi un año. Los vecinos dependen del suministro semanal de camiones cisterna provistos por el municipio, debido a que el agua que llega por la red domiciliaria no es apta para el consumo humano.
Según denuncian los habitantes del lugar, el agua presenta olor, color, sabor desagradable y contiene residuos como hojas, barro y basura. A pesar de contar con una planta potabilizadora, la misma se encuentra en mal estado, con evidentes signos de abandono, falta de mantenimiento e infraestructura deteriorada. En los piletones donde se procesa el agua, se pueden observar ramas, barro y hasta telas de araña.
El edificio está a cargo de un obrero municipal que recibe insumos de forma esporádica por parte de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE). Sin embargo, según los vecinos, no se realizan mejoras significativas ni cambios en el sistema de cañerías, lo que imposibilita una potabilización efectiva. Incluso los purificadores domésticos pierden su eficacia rápidamente por la cantidad de impurezas.
Ante esta situación, el Concejo Deliberante de Calingasta declaró por unanimidad a Villa Nueva en Estado de Emergencia Sanitaria el pasado 10 de abril, durante su 2ª Sesión Ordinaria. Esta medida responde a la amenaza que representa la falta de agua potable para la salud pública y busca movilizar acciones urgentes por parte de las autoridades competentes.
En este contexto, los vecinos solicitan que OSSE asuma la responsabilidad directa del sistema de agua potable en la localidad, con el objetivo de garantizar un servicio seguro, constante y de calidad.