En Barreal, el pueblo calingastino, desde hace décadas se celebra año tras año la Fiesta de la Primavera y la Juventud. En sus inicios, una de las actividades que sumaba la celebración era la elección de reina y virreina, pero los tiempos actuales los llevaron a cambiar las reglas, y con buen atino. En medio, decenas de jóvenes que sigue asumiendo la representación con orgullo y alegría.
El cambio de modalidad se implementó el año pasado. Gracias a ello, tanto hombres como mujeres como persona autopercibida como no binarie u otro género podía participar sin ningún tipo de impedimento. Esto abrió las puertas a un nuevo mundo de personas que querían ser parte de la fiesta del pueblo desde otro lugar.
Este año se presentaron 13 aspirantes a ser embajadores y embajadoras, siete varones y seis mujeres. En la organización fue un dato que no pasó desapercibido, ya que resultaba llamativa la presencia de más varones que sin vergüenza ni pudor fueron presentados ante la sociedad durante la primera velada de la fiesta, que se llevó a cabo este viernes 4 de septiembre.
Tiempo de San Juan dialogó con cada uno de los jóvenes. En ellos no solo nacía la esperanza de ser elegidos, sino que también era evidente el orgullo que sentían no solo por haber sido elegidos para representar a algún curso, sino también porque entienden, pese a sus cortas edades, que la fiesta es más que un evento del pueblo, es sinónimo de identidad y cultura barrealina.
Los aspirantes a embajadores y embajadoras fueron Santiago Campillay, Ana Pintos, Juliana Pereyra, Mariel, Juan Trigo, Lucas Caligoli, Alejo Recabarren, Agustina Ortíz, Araceli Navarrete, Marcelo Neira, Agustina Astudillo y Axel Recabarren. Los jóvenes, que rondaban entre los 17 y los 20 años, destacaron lo importante de la experiencia, el valor que tenía haber sido elegidos por un grupo de chicos para representarlos como también la importancia de participar.
“Estoy muy orgullosa de representar a los chicos y de participar en esta fiesta que se lleva a cabo todos los años. Es algo muy lindo”, dijo Agustina; mientras que por su parte Lucas comentó: “Es un sentimiento espectacular, un sentimiento agradable lo que se siente representar a los chicos. Sería bueno transmitir un poco más el valor de la fiesta, el cuidado tanto del patrimonio como lo cultural”.
La primera presentación ante el jurado y el resto de la comunidad se realizó el viernes, durante la pasada de carruajes. Allí, en cada uno de los carruajes que fueron armados por los alumnos del Colegio Jesús de la Buena Esperanza, desfilaron por la calle principal del pueblo, siendo el primer contacto con la sociedad. El sábado la fiesta se trasladó al Anfiteatro natural Cerros Colorados.
Allí, Javier Marcelo Neira fue coronado como Embajador, mientras que Agustina Astudillo se consagró como Embajadora.
La tradición de contar con representantes de cada curso del colegio para luego ser elegidos, antes reinas y princesas, ahora embajadores, es algo que está desde los inicios de este evento que lleva décadas realizándose en el corazón de Barreal. La mayoría de los jóvenes participan de distintas maneras y el orgullo por ser considerados es algo que no se olvidan.
Uno por los uno, los candidatos que se presentaron este año