Desde que comenzó la cuarentena por la pandemia del Covid-19, varios rubros se vieron afectados, entre ellos los eventos sociales. Facturando cero peso, fueron habilitados para trabajar como gastronómicos en octubre, es decir: cómo bar o restaurant, pero no a todos les está funcionando la medida gubernamental. También, reclaman que la gente realiza eventos de forma ilegal, sin protocolos. Algunos supieron reinventarse, pero para otros, modificar lo que hacen les resulta inviable. ¿Qué dijeron?
Entre los organizadores de eventos que están conformes con la medida está Liliana Sánchez, dueña de Fun Zone, un salón de eventos infantiles. En comunicación con Tiempo de San Juan contó que está trabajando como restaurant. Ahora, la comida debe ser proveída por el salón, antes los padres y madres la conseguían aparte. Respecto a los juegos, algunos se pueden usar y otros no. Los niños pueden jugar en los laberintos y calesitas, pero no en canchas de fútbol ni en peloteros por la dificultad para desinfectarlos. Las piñatas también están prohibidas.
“Marcamos el piso para el distanciamiento y los chicos van ingresando a los juegos de a uno, se desinfecta y entra el otro”, explicó Liliana. También se aseguran que los chicos usen barbijo mientras se muevan por el salón y mantengan el distanciamiento. Para esto, contrataron personal extra que se ocupa específicamente de esta tarea.

Esteban Vázquez es un trabajador del rubro con gran experiencia. Organiza eventos, tiene un servicio de catering y administra los salones Milenios y El Fundador (ex Renatto). Él dijo que la medida es “una incongruencia”. Vázquez explicó que “yo no puedo trabajar como restaurante porque tengo que mentirles a las autoridades que estoy haciendo un restaurant y no un aniversario de 50. Mi cliente no va al salón porque quiere un restaurant, quiere un festejo privado.”
María José Echegaray, administradora del conocido salón Los Morrillos, expresó que ella no puede abrir como restaurant porque “yo tengo que pagarle un alquiler al dueño. Imaginate cuanto tendría que cobrar la opción, la persona que decidió esto no tiene ni idea. Es inviable.”

Liliana,de Fun Zone dijo que “gracias a Dios estamos trabajando bien”. Sin embargo, reconoció las dificultades por las que están pasando sus colegas. “De los salones habrá quedado un 50%, y de esos el 30% están trabajando bien. 9 meses sin trabajar no es fácil.”
Desde la Cámara de Salones de Eventos de San Juan, su presidenta Natalia Kwin indicó que algunos siguen abiertos como restaurant, otros han sido alquilados a lomotecas o pizzerías. Echegaray, dijo que hacen servicios de catering para reuniones pequeñas o cajas y regalos empresariales, pero que no es suficiente.

Para Vazquez las prohibiciones han generado una multiplicación de fiestas clandestinas. "Vas al Registro Civil y la gente se casa, se casa y se casa. Después se van 30 o 40 a hacer una fiesta ilegal en vez de hacerlo con nosotros, que los vamos a cuidar con todos los protocolos, buenos baños, espacios amplios y buenas cocinas”, se lamentó Vázquez. “En las clandestinas no hay ningún control, nosotros si controlamos”, dijo Sánchez. La presidenta de la cámara aseguró: “Queremos aportar para seguir cuidando la salud y no se sigan haciendo la cantidad de fiestas clandestinas que hay.”

Desde el rubro, aseguran que no saben cuándo podrán trabajar, lo que genera otro problema: las reservas. Esteban Vázquez dijo que desde el 2020 viene trasladando más de 40 reservas. Desde Los Morrillos, María José corrió en el calendario 35 fiestas. “Tengo cumpleaños de quince que las nenas ya están por cumplir 16”, cerró la organizadora de eventos.