Un ladrón entró a robar a un taller de autos en la zona de Trinidad y terminó en desgracia. Es que logró concretar el robo, pero sufrió un inesperado accidente que le provocó un corte en el rostro. Lo insólito fue que, más tarde, la misma sangre lo delató. Los policías siguieron las manchas que dejó a su paso, llegaron hasta su casa y ahí se enteraron de que estaba herido en el hospital Rawson
Fuentes policiales revelaron que el hecho delictivo sucedió en la madrugada de este martes en un taller de chapa y pintura, en calle Comandante Cabot, en Trinidad. El propietario del local descubrió el robo en la mañana, cuando entró al galpón y notó que habían sustraído algunas baterías, un cargador de baterías, una hidrolavadora, una lijadora eléctrica y alargadores, precisaron en la fuerza provincial.
El delincuente supuestamente saltó una pared trasera para entrar y pretendió fugar por el mismo lugar. Sin embargo, sufrió una dura caída en la huida y golpeó su rostro contra el piso, según explicaron. Lo cierto fue que el sujeto se lastimó la cara y dejó un charco de sangre.
Fuentes del caso revelaron que, después de que tomaron conocimiento del robo, los investigadores recorrieron el baldío situado en el fondo y encontraron esas manchas rojas. Los policías empezaron a seguir todo el reguero de sangre y así llegaron a una vivienda situada en calle San Francisco del Monte, en cercanías del taller.
En ese domicilio entrevistaron a un joven, que se vio apremiado y finalmente confesó que el ladrón era su papá, de apellido Agüero y de 43 años, quien estaba en el Hospital Guillermo Rawson. Explicó que el golpe fue tan fuerte que le causó una profunda herida en el rostro y necesitó asistencia médica.
Según trascendidos, el delincuente ya está detenido. El caso fue investigado en principio por los policías de la Comisaría 3ª, pero ahora está en manos del personal de la UFI Delitos contra la Propiedad.