Sus manos acomodan con suma suavidad cada una de las piezas sobre la mesa exhibidora. Son las mismas con las que Raúl Zalazar da rienda suelta a su afiliado arte. Él es el creador de los cuchillos artesanales que causan sensación en cuanta feria o exposición se presenta. “Piezas únicas y para toda la vida”, según se animó a definir.
El pasado 24 de mayo dijo presente en la Fiesta del Tropillero en el Médano de Oro y antes de lanzarse a la caza de nuevos clientes atendió las inquietudes de Tiempo de San Juan. “Vengo acá a esta doma para ver si puedo vender o dar a conocer mis productos”, precipita humilde. Pero cómo será la fama que lo precede que un paisano que vio la charla interrumpió para decir “ni duden en comprar, es lo mejor que se puede encontrar acá y en todo el país”.
Ya sumergido en ampliar la información sobre su arte, Raúl expresó: “Yo trabajo el acero recuperado del carbono y hago cuchillos para el carneo, para asados, también tengo tenedores y algunas que otras piezas que son muy buenas para cortar”.
“El material lo saco de los discos de arado y de los elásticos de los vehículos que ya no se usan. Yo los recupero y después me toca el trabajo de darle la forma y el tamaño que quiera”, agregó Zalazar, quien no se olvidó de comentar que ‘Emanuel’ es el nombre de su emprendimiento.
El detalle de terminación que se observa en cada una de sus creaciones reflejan la dedicación que Raúl les dedica: “La verdad que es una tarea artesanal que me encanta y que hago desde hace más de 40 años. Cada cuchillo, tenedor o lo que sea lleva su tiempo. Para que se den una idea cuando los hago sin ayuda como mucho llego a los tres por semana. Si cuento con la ayuda de mis hijos, que por ahí me saben dar una mano, puede que lleguemos a las ocho piezas semanales”.
El material lo saco de los discos de arado y de los elásticos de los vehículos que ya no se usan. Yo los recupero y después me toca el trabajo de darle la forma y el tamaño que quiera El material lo saco de los discos de arado y de los elásticos de los vehículos que ya no se usan. Yo los recupero y después me toca el trabajo de darle la forma y el tamaño que quiera
Como se desprende de sus palabras, todo apuntar a que el gusanito de la artesanía también le picó a su descendencia: “Por suerte, los chicos me acompañan cuando no están muy ocupados con sus trabajos. Esto de la artesanía de cuchillos con metal y madera es algo que me gustó a mí de chico, pero que no heredé de nadie. Como creo que me sale bien lo sigo y seguiré haciendo ”.
“Cualquiera de las piezas son para toda la vida. Yo tengo el primer cuchillo que hice hace 40 años y está como nuevo. Claro que cada tanto hay que afilarlo y para eso también hay un secreto. Se tiene que hacer solamente con piedra, con mucha paciencia darle al filo con la piedra. No se usa amoladora ni ninguna de esas cosas para no estropear el metal”, concluyó Raúl.