El León se quedó con todo y más de lo que incluso iba a buscar. Los porteños votaron en una elección en la que se jugaba mucho más que una treintena de bancas en la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. El PRO ponía en juego la reafirmación de su poder en el territorio, ese mismo lugar que llevó a Mauricio Macri a la presidencia del país. Simbolismo puro, de ese que vale oro en la política. El mileísmo tuvo un objetivo: ganarle al PRO, demostrar que tiene los votos, que le ganan al PRO en su casa y son los dueños del poder. En esa disputa, el armado del presidente Milei no sólo obtuvo lo que fue a buscar sino que se quedó con la victoria global. Pusieron lo mejor que tenían en la boleta y Manuel Adorni terminó saliendo primero, con poco más de un 30% de los votos, relegando al macrismo a un tercer lugar. Pero después del triunfo, hubo un llamado: ganamos, el PRO es bienvenido pero las reglas las ponemos nosotros. ¿Cómo puede impactar en San Juan? Ensayemos dos respuestas.
Sabiendo lo que estaba en juego, el macrismo decidió hacer uso del poder y adelantar las elecciones a diputados porteños en su propio territorio. Querían impedir el arrastre del presidente Milei en las generales de octubre y aspiraban a reafirmarse como líderes en su tierra, ese lugar en el que fueron construyendo un bastión hasta hoy fiel. Ganar en la Ciudad de Buenos Aires dejaba al PRO en una posición mucho más cómoda para negociar con La Libertad Avanza, esa misma posición que tuvieron -a pesar de salir terceros- en la previa al ballotage, cuando sellaron una alianza con los hermanos Milei.
Después de elegir a Lospennato como la cabeza de lista, de terminar de perder a una figura fuerte como Patricia Bullrich (ahora mileísta y ex macrista) y sus referentes; Macri tuvo que enfrentarse a otro problema: la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, que volvió al ruedo este 18 de mayo y no le fue para nada mal. La fragmentación pasó factura. Los simpatizantes de la derecha porteña en su pelea ideológica con el kirchnerismo votaron la lista de Milei, primó la lógica, incluso para los que no digieren las formas del presidente libertario pero que antes de elegir al peronismo, prefieren tomarse un Alikal y meter en la urna al hombre de la melena.
Adorni fue el candidato ideal de La Libertad Avanza. Estuvo a la altura de la disputa y supo sintonizar con la gran masa antiperonista de la Ciudad de Buenos Aires, que supo serle fiel a las formas republicanas que ostenta el PRO. Ganó por un 30,13% y no solo dejó muy lejos a Lospennato sino que también se impuso sobre Leandro Santoro, el candidato del peronismo que tenía la chance de aprovechar la fragmentación del votante de los votantes de derecha y se quedó con un segundo lugar, sin batacazo, sin mejorar los números de su elección en el 2023 y sin una ilusión que le venía bien al ánimo del peronismo.
El discurso posterior al triunfo en el búnker de La Libertad Avanza fue celebratorio pero con un mensaje implícito al PRO: “podemos negociar una alianza, pero ahora nosotros somos los que tenemos la palabra final”. No le cerraron la puerta a Macri, la entreabrieron, pero con los votos de su propio territorio sobre la mesa. Con la pulseada ganada de cara a la batalla madre, que será la provincia de Buenos Aires, donde el mileísmo puede poner a jugar a sus mejores alfiles, incluso hasta a la propia Karina.
¿Cómo la elección de Ciudad de Buenos Aires puede incidir en San Juan? El gobernador Marcelo Orrego se encuadra en Juntos por el Cambio, pero al igual que sus colegas gobernadores de la liga Cambiemos vienen haciendo juego propio y mal no les ha ido en la mayoría de las elecciones que ya se jugaron. El ejemplo más cercano es San Luis.
Si Macri acepta una negociación y una alianza con La Libertad Avanza, puede haber correlato en las provincias. O no, dependiendo de las condiciones y de la situación de los propios gobernadores. Esa mesa chica en la que se sientan los hermanos Milei y Santiago Caputo viene armando estrategias distintas en las provincias. Hasta ahora los gobernadores les vienen dando sus votos en la Cámara de Diputados y Senadores, no fue necesario que se pinten de violeta en las boletas y para continuar garantizando ese apoyo, decidieron no meter la cola en algunas disputas y vale citar otra vez el ejemplo de San Luis. Se abre un nuevo capítulo y en la cuenta regresiva, ya hay una nueva pulseada a disputar en octubre.