A poco más de cuatro meses del megaoperativo en el cayó la supuesta banda narco del “Gordo Franco” y los Rosales que operaba en 9 de Julio, el fiscal federal que intervino en la causa cerró la investigación y formalizó la acusación contra los diez imputados para llevarlos a juicio. Según se estableció, uno traía la droga de Mendoza y la vendían en pequeñas dosis en la zona este de San Juan.
El fiscal federal Fernando Alcaraz los acusa de conformar una organización criminal que distribuía, acopiaba y comercializaba cocaína y marihuana. Los señalados como los presuntos cabecillas son Franco Marcelo Carrizo, alías “Gordo Franco” junto con Sergio Maximiliano “Maxi” Rosales y su pareja María Eugenia Parra. A su vez, estos tres comandaban a Miguel Alejandro “Nani” Parra, Evelin Ríos, Isaías “Torito” Varela, Noelia “Toti” Ríos, Milagros “Mili” Rosales, Priscila “Pichi” Rosales y Ángel Andrés “El Gallego” Gunella, según las conclusiones del Ministerio Público Fiscal.
Todos ellos cayeron detenidos el 29 de noviembre del 2024 durante una decena de allanamientos realizados por policías del Departamento Drogas Ilegales y el GERAS. En la casa del “Gordo Franco” en Villa Sarmiento, Chimbas, secuestraron 563 gramos de cocaína, 14 plantas de marihuana y más de 1 millón de pesos en billetes de baja denominación, además de elementos para el fraccionamiento.
También requisaron la casa de Gunella en Rawson, mientras que el resto de los procedimientos se concretaron en los domicilios de los otros involucrados en el departamento 9 de Julio, aunque sólo hallaron pequeñas dosis de droga y dinero en efectivo producto de la venta al menudeo. Por otro lado, inhabilitaron las cuentas bancarias, de Mercado Pago y otras bancas virtuales que tenían todas estas personas, en algunas de las cuales detectaron movimientos millonarios de dinero.
De acuerdo con la investigación realizada desde agosto hasta noviembre del 2024, el “Gordo Franco” Carrizo se encargaba de conseguir la droga que vendría de Mendoza y se la llevaba a la casa de la madre del “Maxi” Rosales en 9 de Julio. Allí era recogida por este último y su mujer, María Parra, que se encargaban de repartir y supervisar la venta junto con Carrizo, según la imputación.
Miguel Parra y su mujer Evelin Ríos tenían la función del acopio, o sea el guardar la droga en su casa en La Majadita en 9 de Julio para repartirla, mientras que Isaías Varela y su pareja Noelia Ríos junto con Milagros y Priscila Rosales -hermanas de Franco- la vendían en pequeñas dosis en sus casas, en la calle o bajo la modalidad de delivery, explicaron fuentes judiciales. “El Gallego” Gunella, el décimo integrante, actuaba como una suerte de ladero del “Gordo Franco” en la distribución y daba el apoyo logístico con su vehículo.
El delito que les atribuyen puede significarles penas de 3 años de cárcel hasta 7 años y 6 meses de prisión. En la actualidad, el “Gordo Franco” Carrizo, “Maxi” Rosales, “Nani” Parra y “Torito” Varela permanecen alojados en el penal de Chimbas. Los otros seis imputados están con detención domiciliaria.
A partir de la acusación del fiscal federal Alcaraz, se abre la puerta para el juicio y los defensores, entre los que se encuentran los abogados Claudio Vera, Alejandro Castán y Rubén Pontoriero, ya están preparando sus estrategias para el debate.