La banda criminal que realizó 19 asaltos callejeros a personas influyentes de diferentes ámbitos de la provincia, compuesta por siete miembros, finalmente fue condenada en su totalidad. Seis miembros aceptaron ser condenados en abril último. El restante, Oscar Matías Cortez, no quiso aceptar el acuerdo. Tras dos meses de idas y vueltas, admitió ser parte de esta asociación ilícita y aceptó la pena de 5 años de prisión.
Ariel Enzo Sánchez alias “El Chonono”, Nelson Fernando Lucero, Santiago Agustín Valdez, Lucas Ezequiel Araoz, Oscar Matías Cortez, Rocío Anabel Ledesma, Milagro Agostina González Recabarren fueron señalados de ser los miembros de esta asociación criminal. Todos, con diferentes roles, fueron acusados de robarle a abogados, funcionarios judiciales, entre otros durante agosto y noviembre de 2024. Un total de 19 hechos en diferentes puntos de la provincia.
Fuentes judiciales manifestaron que la fiscalía de UFI Delitos Contra la Propiedad y la defensa de Oscar Matías Cortez llegaron a un acuerdo de juicio abreviado. Los términos fueron presentados al juez y este homologó el pacto, sentenciándolo a 5 años de prisión efectiva por los delitos de asociación ilícita por robos, estafas y encubrimiento por receptación en concurso real.
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Las condenas de los otros miembros de la banda criminal
Ariel Enzo “Chonono” Sánchez aceptó la condena de 5 años y 4 meses de prisión por distintos robos y estafa. Ese castigo se acumuló a la anterior condena que tenía, de 12 años de cárcel por homicidio. Ahora le quedó una pena única de 17 años y 4 meses.
A Nelson Fernando Lucero le dieron 3 años y 2 meses de prisión efectiva, a Santiago Agustín Valdez, 3 años; a Lucas Ezequiel Araoz, 3 años; a Rocío Anabel Ledesma, 2 años; y a Milagros Agostina González Recabarren, 2 años. Para estos últimos cuatro de cumplimiento condicional.
El modus operandi
Los sujetos que iban en moto (se turnaban para atacar) seguían a los vehículos de sus víctimas y en una esquina o en un semáforo se ponían a la par, les rompían los vidrios y les manoteaban los celulares y bolsos con sus pertenencias. Así se apoderaban de las cosas y huían para luego reunirse en otro lugar. Las mujeres se encargaban de reducir el botín y en algunos casos utilizaban las tarjetas de los damnificados y les vaciaban las cuentas bancarias.