Este jueves por la tarde, vecinos pocitanos tuvieron un inesperado encuentro con un supuesto puma. Hasta el momento, Policía Ecológica y Secretaría de Ambiente no han podido afirmar que se trate de este tipo de felinos, aunque los testimonios de quienes admiten haberlo visto son contundentes. El animal habría estado en calle Alfonso 13 entre calles 11 y 12.
La información le llegó a la Secretaría de Ambiente alrededor de las 18.30. Un rato antes la Policía Ecológica había empezado a trabajar ahí, pero se hizo de noche y tuvieron que abandonar la búsqueda. Las tareas continuarán este viernes a partir de las 8.30, cuando la luz del sol permita ir detrás del rastro del animal salvaje.
Los perros de la zona no pararon de ladrar. La gente no sabe especificar si se trata de un puma grande o mediano. Dardo Recabarren, director de Conservación y Áreas Protegidas de la Secretaría de Estado de Ambiente de San Juan, contó a Tiempo de San Juan que son dos las hipótesis que manejan en caso de que se trate de un puma: por un lado podría ser que haya bajado del cerro o que alguien lo haya tenido capturado y se haya escapado.
Una de las tareas principales que tienen que hacer para identificar si es un puma u otro animal es estudiar la huella. Ésta se diferencia a la del perro porque no deja marcadas las uñas (que solo saca para atacar y comer) y es más redondeada. En el caso de los canes, sí dejan marcadas las uñas y es más alargada. Según los testimonios de los vecinos, empezarán a buscar las huellas y ahí verán, en caso de tratarse del mencionado animal, si salió al campo o aún continúa en la zona.
En caso de encontrarse con un puma, aconsejan no acorrarlarlo por nada del mundo para que no se sienta atacado. Además, indican que hay que mover los brazos y gritar para ahuyentarlo. Si dan cuenta de que el animal regresó a su hábitat, se deja de buscarlo.
Si logran atraparlo se lo llevarán al Parque Faunístico y ahí estudiarán si estuvo en cautiverio o si es salvaje. La finalidad de esta investigación tiene que ver con que se han tenido malas experiencias de liberaciones en casos de animales salvajes que le perdieron el miedo a la gente tras estar atrapados y vuelven al mismo lugar donde tienen la comida fácil.
Lo llamativo es que nunca hubo denuncias en esa zona. Eventualmente sucede que se acercan a las fincas que están pegadas a los cerros. Si bien esto no es común, es la posibilidad más certera de que se acerquen a zonas pobladas por personas.